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Ese día Sicheng no tenía ganas de asistir al colegio, se sentía fatal por declararse de una forma tan cobarde. Con mucho cansancio se levantó de su cómoda cama y se fue a alistarse para el colegio, ¡Que hueva! pensaba él, no quería ir y menos por lo sucedido la noche anterior, le molestaba que Yuta lo tratara así sabiendo que cada día el pequeño Winwin se enamora más de él.

Listo para irse salió de casa y empezó a caminar hacia su Instituto, el aire fresco de primavera daba en su cara causándole un sentimiento de tranquilidad, pocos coches transitaban por el lugar, habían más personas caminando con sus hijos a sus primarias o jardínes. Winwin no dejaba de pensar en cómo sería el día con Yuta si el ya sabe todo, esos pensamientos fueron interrumpidos cuando el tonto de Sicheng chocó con alguien desconocido para él.

¡Ten más cuidado! -el pequeño chico ahora estaba en el piso con una herida en su mano, empezó a salir un poco de sangre cosa que a Winwin le preocupaba, no soportaba ver ese líquido rojo vital.- Fue un accidente, tranquilo. -su contrario dijo tranquilo para después levantarlo y cargarlo como si de un bebé se tratara, Winwin le apenaba mucho esa situación pero no podía quitarse del agarre- ¿P-podrías soltarme? - ¡Sorpresa! Fue educado con alguien por primera vez, se veía más pasivo que de costumbre en esa posición- Espera... ¿Taeyong? ¿¡Eres tú!? -sus ojos se llenaron de felicidad, no había visto a Taeyong desde hace años- ¡Te he extrañado tanto! -dijo emocionado- ¡Te extrañé más, pequeño! -Taeyong exclamó con gusto-

¡Tonto! [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora