"Lo he superado, te lo prometo"
***
Noah
Estaba sentada en la parte trasera de la clase, ni siquiera molestándome en mantener mis ojos abiertos. Dormir es mejor que tratar de entender cómo funciona un motor de inducción.
¿Sabes que el mundo está dividido en dos tipos de personas?
1) Los que estudian.
2) Los que no estudian.
De todas formas, siendo quien soy yo, me encuentro en la tercera categoría. Soy el tipo de persona que pretende que estudia para impresionar a los profesores. Les miro directamente a los ojos cuando explican algo, y ese pequeño acto hace que crean que soy una chica de sobresaliente, cuando en realidad no saben que estudio la noche antes de cada examen.
Mi nombre es Noah Summers, y estoy en mi primer año en la Westview University de Atlanta con la habilidad supernatural de dormirme más rápido de lo que puedas tardar en parpadear.
—Oh Dios mío, ¿en serio? — la voz de una chica chilló enfrente de mí.
Una cosa más que tienes que saber sobre mí es que odio a las chicas que no paran de decir "Oh Dios mío" con todo mi corazón. Nunca he sido amiga de chicas así, porque suelen estar en la categoría de chicas a las que Alec Lockhart les atrae más rápido que un imán a unos clavos.
Una frase que describe a Alec Lockhart: Mi extremadamente molesto ex del instituto quien, por desgracia, obtuvo la misma beca escolar que yo, y acabó en mi misma universidad. Punto.
—Sí, Alec me dio esto— dijo la voz de otra chica, y aquello me sacó de mis pensamientos.
Le di un toquecito en el hombro, y ella se dio media vuelta con una sonrisa de 110 voltios en la cara. La estudié por un momento.
Pelo liso. Comprobado.
Labios suaves. Comprobado.
Clásica figura de reloj de arena. Doblemente comprobado.
Damas y caballeros, aquí tenemos otro de los juguetes de Alec Lockhart.
—¿Estabas hablando de Alec Lockhart? — pregunté, a pesar de estar segura de ello.
—Sí, hoy es San Valentin, y Alec me ha regalado una rosa— dijo efusivamente— Dice que soy tan única como esta rosa.
Tuve que reprimir una carcajada. Estaba segura de que ella no era tan única en cuanto a Alec se trataba. Ya había visto a otras diez chicas con la misma flor en el pasillo. E irónicamente, yo fui una de esas chicas que fardaba de toda esa mierda de ser tan única como la rosa hacía dos años: las hormonas habían sacado lo peor de mí.
—¿Y por qué estás en clase? Deberías estar con él ahora mismo— la animé, sabiendo lo que Alec estaría haciendo en ese momento.
—Sí, tienes bastantes posibilidades con Alec— sugirió su amiga.
Sí, tantas posibilidades como las que tiene una piedra de flotar en el agua.
—Pero no sé dónde puede estar— dijo.
—Yo sí— solté, sin poder evitar sonreír con malicia.
Oh, Lockhart, estás jodido.
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Noah & Alec ©
Teen FictionÉl guiña un ojo. Ella rueda los suyos. Él juega con la chicas. Ella traumatiza a los chicos. Él es un autoproclamado chico malo. Ella es la subestimada reina de la maldad. Él es Alec Lockhart. Ella es Noah Summers. *** Todos los derechos reservados...