Arma.

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The Loud House y Soul Eater no me pertenecen.
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Todos corrían tras el balón, quedaban apenas unos pocos segundos en el tablero y el marcador estaba 67-71 a favor del equipo rival.
Lynn Loud Jr se encontraba bloqueada por una chica del equipo contrario que no le permitía hacer un pase seguro a alguna de sus compañeras para así lograr anotar.

Era el partido más esperado de la temporada. Tras un año de entrenamiento con su equipo de baloncesto, Lynn había logrado que éste llegara a las finales estatales.

Después de lograr burlar a su contrincante en un descuido de ésta, Lynn hizo un pase a una de sus compañeras, quien apenas obtuvo el balón, lo lanzó al aro, logrando así marcar otros dos puntos para su equipo.

Ahora estaban 69-71, sólo dos puntos por debajo. Si lograba quitarles el balón ahora y anotar desde medía cancha, obtendría esos tres puntos para superar al equipo rival antes de que el tiempo se agotara.

Volviendo al juego, Lynn logró bloquear el tiro de su contrincante y hacerse del balón, por lo que corrió al lado contrario de la cancha para lograr anotar la canasta que les daría la victoria.

Pasando por poco la media cancha y sin nadie en frente, la joven Loud dio un salto a la vez que lanzaba el balón lo más fuerte que podía, apuntando al tablero.

El balón rebotó en el aro y giro un par de veces antes de que cayera por la red al tiempo que la chicharra sonaba, anunciando el final del partido.

Marcador final 72-71 a favor del equipo local.

Este debió ser el momento en que todos saltaban y gritaban de júbilo ante las ganadoras del torneo de baloncesto juvenil de Royal Woods. Pero todo se había quedado en un silencio sepulcral.
Ahí, en mitad de la cancha estaba Lynn, observando al igual que todos, como su pierna había traspasado el piso de madera de la cancha, más esto no era lo sorprendente.

Bajo su rodilla, donde se supone, debería estar su pierna, ésta cambiaba de aspecto, pareciendo alguna especie de cuchilla o la punta de una espada de gran tamaño, que traspasaba con facilidad el suelo de madera.

Nadie parecía entender lo que sucedía y tras algunos tortuoso segundos de silencio, empezaron los primeros gritos.

Todos los asistentes comenzaron a gritar y a tratar de acercarce o alejarse de Lynn. Las chicas del otro equipo se alejaron corriendo hacia su entrenador mientras gritaban aterrorizadas; su propio equipo se acercó curioso pero a la vez, temeroso para ver lo que le sucedía.

El entrenador las siguió, mientras gritaba ordenes a sus ayudantes para impedir que la gente se acercara a la chica y que salieran todos del gimnasio. Los padres de Lynn fueron la única excepción a esto y ambos fueron corriendo hacia su pequeña que seguía en el suelo, en shock por lo recién acontecido.

Por su parte, Lynn seguía observando su pierna. Al momento de tirar la canasta, notó un extraño brillo rojizo que venía de abajo, a la vez que sentía como su pierna derecha obtenía mayor peso, como si le hubiesen amarrado un ancla que la jalaba hacia el suelo. Al momento del impacto, su pierna, ahora cuchilla había perforado el suelo, haciéndola caer de espaldas por la diferencia de altura entre sus piernas.

Para la castaña todo transcurría de una manera lenta. Gracias a su vista periférica podía notar el caos que ocurría a su alrededor, donde muchos corrían a las salidas, otros eran detenidos por los asistentes de su entrenador y por el resto de comité deportivo. Sus compañeras de equipo se acercaban dudosas, mirando a su alrededor esperando que alguien les explicara lo que ocurría. El entrenador trataba de mandar a todos a la vez que se dirigía a sus padres quienes lucían expresiones entre confundidas y aterrorizadas.

Soul Eater LoudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora