Esperaré en el mar

Introducción

Se cuenta primordialmente a los más pequeños la historia de una noble sirena que se limitó del habla, y se entregó al más inexplicable dolor físico por un hombre de tierra que cautivó su corazón en la primera mirada.

Que se adentró a más allá de la orilla como ninguna otra sirena por él, que abandonó su cola de pez a cambio de dos piernas para conocer su mundo y tener la efímera posibilidad de tenerle para siempre. Pero el destino fue hostil tirando a la borda todo su sacrificio, y sin embargo ella prefirió morir antes enviarle esa misma crueldad del destino a su amado.

Muchos tritones y sirenas dan por garantizado la veracidad del relato y lo dan como el principal motivo por el cual ningún tritón o sirena tiene permitido siquiera asomarse a la orilla sin pagar el crimen con su libertad. Ni aunque hayas cumplido los quince años tendrías el privilegio de sumergirte al mar de aire.
Pero otros lo tomarían más cómo una fantasía para espantar a los infantes de la tierra.

No obstante, la única verdad era cómo el lugar que hace apenas un siglo atrás fue toda una aventura cruzar, un mundo diferente y maravilloso que llenaba de osadía incluso al más cobarde, pasó a convertirse en un sitio de temer. La tierra y sus encantos se consideraron una peligrosa tentación que te llevarían a la muerte, como una droga que disfrutas mientras te pudre por dentro.

Pero, qué pasa cuando en el mar ya no te queda nada y una coleta de pez te encierra a ese mundo que te ha quitado lo único que te mantenía con todas las ganas de vivir esos malditos trescientos años.

¿Y qué pasa cuando te enamoras de lo místico que se te hace el mar? Llegar a ansiarlo tanto como el hogar que te espera para cobijarte, a tal punto de aborrecer tus piernas.

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"Cuando sientas que estás solo, yo estaré contigo.

Cuando sientas frío, entre mis brazos encontrarás el calor.

Cuando te sientas aburrido, te mostraré mi mundo, ese que tanto ansías hasta pesarte los párpados.

Y cuando sientas que nadie te quiere, yo te amaré.

Porque llegaste a mí cuando sentí que lo había perdido todo.

Porque te amo como si fueras parte de mí, y sin darme cuenta ya lo eres, como yo también lo soy para ti... hijo mío".