Capítulo 4.-

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Los días pasaban y yo no prestaba mucha atención a aquellas singulares palabras mencionadas aquella vez... a quien engaño, esas palabras me carcomían por dentro, aun así no le comenté nada a Alejandro hasta que el solo me dijera que le paso.

Pasaban los minutos, las horas, días y sin embargo ninguna palabra al respecto provenían de el. Ya cansada de esperar, ya a la salida tome valor.

-Dimitry Ivanov-  dije con algo de temor sin embargo firme. Alejandro volteó a verme serio, camino hacia mi apresurado, me tomo del brazo y me llevó lejos de la escuela.

-¿Qué acabas de decir?- dijo serio. Su gesto mostraba preocupación pero también determinación.

-Dije Dimitry Ivanov- enuncié con temor -Tu nombre jamás fue Alejandro ¿Verdad?-

-¡¡¡¿Cómo lo sabes André?¿Cómo lo sabes?!!!- dijo asustado

-Tu me lo dijiste Alejandro, el día de San Valentín ¿Qué acaso no lo recuerdas?- mi voz temblaba, se notaba mi temor y duda.

-No....- dijo con tal duda

En ese momento guardamos silencio hasta que Alejandro, o más bien Dimitry dijera algo pero soy muy impulsiva y hablé primero.

-Las cosas no son como creo ¿verdad Dimitry?- empecé a alzar la voz por desesperación -Me vas a explicar o seguiremos así durante un rato porque las personas nos miran. Al menos di algo Alejandro.-

-Habla más bajo André- dijo casi susurrando -No quiero problemas-

-¿Problemas?!! Problema en el que te metiste ahora al no explicarme- comenté alterada.

Al momento me agarro del brazo y me llevo a un callejón sacando un pequeño trapo que acerco a mi nariz, trate de liberarme pero fue inútil...

Entonces me di cuenta que la que tenía problemas era yo.

El espía rusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora