Mi Pequeña Princesa

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                   :: Unico Capítulo ::

Londres Inglaterra junio de 2018.


El joven padre se detuvo en la puerta de la casa, viendo la cara de desesperación que ponía su esposo, el 99% de su ser quería soltar una carcajada, pero decidió no hacerlo ya que sabía que Louis no haría más que enojarse.

- ¿Estas completamente seguro que tienes que irte? – Preguntaba el alfa a su esposo, sonando neutral y con ese tono tan característico de él, ese del tipo que no le preocupaba nada, aunque por dentro estaba más que un manojo de nervios.
Harry le sonrió mostrando sus hoyuelos, agachándose un poco; tratando de besar los labios de su esposo.

-Sí, tengo que ayudar en el hospital, desgraciadamente no hay suficiente personal y hay mucho trabajo... Pero te prometo que estaré de regreso en unas cuatro horas, vamos amor, no te preocupes, todo estará bien, ya lo veraz. – Le aseguraba el omega besándolo nuevamente, Louis suspiró dejando que sus labios se amoldaran a los de su bello esposo.

¡Me vas a recompensar todo esto cuando regreses, Harold! – Le dijo hablándole de manera seductora cerca de su oído haciendo estremecer al ojiverde.

Harry le volvió a dar otro beso, pero este fue en la frente del ojiazul, salió apresurado de su departamento con su bata de médico en mano y un pequeño morral, lo bueno de todo es que el hospital donde él trabajaba estaba a tan solo tres calles del edificio de donde vivían, haciendo de recorrido alrededor de cinco minutos.

Louis caminó con lentitud hacia la habitación contigua a la suya, era el cuarto de su pequeña hija, no es que le molestara en lo más mínimo cuidar de ella, pero apenas tenía seis semanas de nacida y le daba pánico tener que levantarla, incluso tocarla, se miraba tan frágil que le daba miedo lastimarla.

Como si sintiera la inseguridad de su progenitor, la pequeña princesita Tomlinson despertó llorando, el joven padre se tensó un poco al escuchar que su pequeña Emma lloraba. Sí Harry supiera que hacer esto era mil veces más aterrorizante que llegar a su oficina y dirigir la empresa donde trabajaban bajo su mando más de veinte personas, entre ellas, omegas, betas y uno que otro alfa principiante de negocios, donde esperan lo mejor de ti, se reiría de él; Con paso lento pero seguro se acercó a la pequeña cunita tomando a la bebé con movimientos torpes y en ese instante sintió que su mundo se venía abajo, ya nada importaba más que su princesa de cabello castaño y ojos tan verdes como los de su padre omega.

Tomó asiento en la misma mecedora que ocupaba Harry cada vez que la alimentaba, colocando a la bebé contra su pecho deteniéndole la cabecita con mucho cuidado.

-Vamos a divertirnos tú y yo mi princesa, ya que mi otro bebé, sí ese que no hace menos de dos meses te dio a luz en ese mismo hospital donde trabaja, nos dejó aquí solos. – Susurraba el alfa meciéndose lentamente, Emma se revolvió en sus brazos soltando un sollozo que casi lo deja sordo. - ¡Ah, definitivamente tienes los pulmones de Harry! – Louis sonrió levantándose de su cómodo asiento para encaminarse junto con la bebé hacia la cocina, de una de las estanterías saco una botella de cristal que estaba muy limpia, y de uno de los cajones saco una mamila, de la vasija que estaba tapada con una pequeña tela blanca vertió en la botella un poco de leche que se había sacado Harry de su pecho veinte minutos antes de que saliera, dándole todas las instrucciones necesarias ya que sería la primera vez desde el nacimiento de Emma que no tomaría su alimento del pecho del omega.

-Creo que debo calentarla primero. – Musitó el castaño colocando a la bebé sobre la mesa, sin despegarse de ella y después de dos intentos la leche estaba perfecta para la chiquilla que seguía llorando, el joven padre primerizo levantó a su pequeña llevándola nuevamente a su habitación, volvió a tomar asiento en la misma mecedora y comenzó a alimentarla, recordaba los pasos que le había dicho su esposo de cómo darle el biberón a la pequeña cachorrita, como ya era costumbre, Emma comenzó a buscar el alimento en el pecho de su padre, esto a Louis se le hizo de lo más gracioso y enderezando la cabecita de su pequeña y con mucho cuidado comenzó a poner dentro de su boquita la mamila para que comenzara a alimentarse, al principio la pequeña hizo algunos gestos al no reconocer el aroma del pecho del omega, pero al probar el sabor de la leche su semblante cambio y se alimentó de manera tranquila.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2018 ⏰

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