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Días después de aquella confesión mutua, una semana y media para ser más exacto, comencé una relación con aquel hermoso rubio con apariencia de un pequeño y tierno gato.

Día tras día pasaba y cada vez todo se llanaba de color en mi vida, pero ese color... ya no existe.

Recuerdo el día en el que lo hicimos por primera vez. Solos, esta vez en mi pequeño apartamento, uno sobre otro, llenos de deseo, pasión y amor.

Yo... oía los latidos tan agitados de su corazón y sentía sus dulces labios, los cuales daría lo que fuera por recuperar.

Todo era perfecto, sí... lo era.

Can you hear my heartbeat?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora