La clase había empezado hacia más o menos media hora después de las 08:00 AM., dado que la maestra Meliane, a primera hora, tuvo una junta de carácter urgente (si urgente significa que el Sr. Reese no podía programar la cafetera).
El salón como era costumbre, mientras la profesora Meliane no estaba, todos se encontraban jugando y gritando, lanzando bolitas de papel a quien se que se atravesará en el camino de los pequeños niños, corrían y saltaban, jugaban, cantaban; Clarence, se encontraba dibujando un delfín como el que había visto en el Zoológico junto a Belson.
Rio un poco al recordar la expresión de Belson al ver al delfín bebé— Pss, ¡Jeff! — susurro a su amigo quién se concentraba en un libro de poesía— ¡Pssstt! Jeeeeff.
El joven castaño hizo caso omiso a los llamados del rubio, Sumo al ver lo que Clarence intentaba, reía.
— Vamos Jeff, Clarence tiene que contarte algo— dijo entre risas Sumo, mientras daba golpes con su codo al costado del castaño.
— Se de lo que de trata, Sumo. Nos lo contó por teléfono el fin de semana ¿Para qué recordarlo ahora? — contesto serio—. Realmente no estoy interesado en su magnífica aventura junto a Belson— dijo por último haciendo énfasis en "magnífica aventura".
Clarence siguió riendo— ¡Es que tan sólo debías ver su expresión! Se veía realmente emocionado, jiji. ¿Lo imaginas Jeff? — no recibió respuesta del ajeno— ¿Y tú, Sumo?
— Seeehhh— rio también.
La charla entre los dos jóvenes, a demás de las risas excesivas, gritos y juegos de sus demás compañeros, comenzaban a desesperar a Jeff, no le permitían concentrarse en su lectura y eso comenzaba a irritarlo— Jeffrey— susurro Clarence, entre tanto, pico el brazo de su amigo con uno de sus dedos. Eso había colmado el vaso.
— ¡AAAAAHHHH! ¡No me interesa! — grito molesto el de ropas celestes y cafés— ¡No me interesa saber que fue lo que viste con Belson por décima vez! ¡No-me-in-te-re-sa! ¿Entiendes?
Todos se callaron, el rostro de Jeff estaba completamente rojo y a los costados resaltaban un par de venas palpitantes. Los niños se habían detenido a escuchar los gritos del chico. El salón se encontraba en total silencio, con la vistas fijas en una sola persona. Jeff.
— Hey, tranquilo, Jeff. Nadie está haciendo nada ma...— el castaño giro la vista molesta al moreno quien no termino con su oración.
— Jeff...— susurro dudoso Clarence—. Lo siento...no volveré a molestar con el tema del delfín bebé...
El ajeno respiró hondo y asintió lentamente, para después, volver con su lectura, y los demás chicos, a sus juegos.
Clarence siguió dibujando, agregando pequeños detalles al mismo. Al terminar, dobló la hoja por la mitad y la metió en un sobre que el fin de semana había hecho, decorado con delfines rosas y celestes y estrellas y nubes. Suponía que eso le agradaría a Belson, era su única intención. Al cerrar el sobre, escribió con un crayón verde la leyenda:"seamos amigos".