Prólogo

229 19 0
                                    

«Te estoy tejiendo un par de alas, sé que te irás cuando termine..., pero no soporto verte sin volar.»

ANDRÉS CASTUERA-MICHER


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(POV Zoro)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(POV Zoro)

Tengo pocas cosas de las que arrepentirme en la vida, Vinsmoke Sanji...

He pecado de alcohólico, de insensible, de indiferente y de infiel, y ninguna de esas cosas me quita el sueño por las noches. He roto los últimos lazos que me unían a mi familia, he llamado puta a la única mujer que se preocupaba por mí, me he aprovechado de la inocencia de mi mejor amigo y he roto más promesas de las que hice jamás. Y no, tampoco es eso lo que me deplora.

Sabiendo todo eso, lo más probable es que tu cerebro de cocinero idiota esté procesando alguna razón para explicar el porqué estoy aquí, rogándote que abras los ojos y que vuelvas a embaucarme con esa estúpida sonrisa que siempre me sacaba de quicio y que, contra todo pronóstico, ahora necesito.

¿Que estoy siendo egoísta? Ya lo sé, no hace falta que sigas haciendo hincapié en ello.

Sin embargo, tengo que reconocer que incluso embutido en ese pijama azul y conectado al cardiógrafo y al suero, estás tan arrebatador como la primera vez que te vi. Y es que conocerte me ha hecho aprender muchas cosas. Verás, sé que bajo esa mascarilla de oxígeno se esconden los labios más suaves y cálidos que cualquier boca tendrá oportunidad de probar jamás, y que bajo esos párpados duermen unos centelleantes ojos soñadores.

No voy a mentirte: ya te he quitado varias veces la mascarilla de oxígeno para robarte un beso y es probable que vuelva a hacerlo antes de que las enfermeras anuncien que se ha acabado el horario de visitas.

No sé si me estás escuchando o si estás suspendido en medio de una oscuridad desgarradora a la espera de que algún milagro en forma de fármaco te devuelva a la realidad. Lo único que sé es que desde que te has dormido mi mundo se está viniendo abajo, que tu ausencia ha provocado la caída de los pilares que hacían llevadera la pesadilla donde me has abandonado y que solo puedo cerrar los ojos y rezar a los Dioses en los que jamás he creído para que vuelvas y me rescates de mis propios demonios.

Y seguirás preguntándote: ¿qué haces todavía aquí, Roronoa Zoro?

Bueno, ya te he dicho que tengo pocas cosas de las que arrepentirme..., sin embargo, tengo miles de cosas que contarte, y dado que lo más probable es que no vuelvas a abrir los ojos y que me he comportado contigo como un auténtico capullo, lo mínimo que te mereces es saber porqué hice lo que hice.

Así es, Sanji, estoy aquí para contarte todas y cada una de las razones por las que no fuimos capaces de aguantar nuestras manías, los motivos por los que tiramos la toalla y las excusas que nos dimos para no volver a dirigirnos la palabra.

Esta es nuestra historia, Vinsmoke Sanji, sin censuras ni versiones.

Desde aquella noche que nos conocimos y brindamos por el día de nuestra muerte hasta el presente que me tiene muerto de miedo.

Sí, definitivamente, no hay mejor manera de describirlo: nuestra historia.

Así que haz un esfuerzo y presta atención, cocinero de mierda, porque no pienso repetírtela.

Así que haz un esfuerzo y presta atención, cocinero de mierda, porque no pienso repetírtela

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(POV Sanji)

Atrapado. Una simple palabra que resume demasiado bien como me siento. Jodidamente bien.

Atrapado en mi propio cuerpo, sin poder abrir los ojos, sin poder mover ninguna parte de mi dolorida anatomía. Apenas recuerdo lo que pasó, como llegué hasta esta situación.
Lo que sí recuerdo es hacia dónde quería ir, adónde quería llegar. Y era a tus brazos, estúpido marimo.

Puede que no pueda verte, pero te siento. Siento tus ásperas manos acariciar las mías, tan bochornosamente malheridas, tan asquerosamente vendadas; también siento cómo me das de beber de tu cariño cuando juntas tus labios con los míos, robándome besos que deseo responder, con tal desesperación que me desgarra el corazón cuando dejo de sentir esa boca que tan loco me ha llegado a volver.

Rezo a esos Dioses crueles que me arrebataron a quien mas quería, para poder volver a clavar mi mirada en tus ojos oscuros, tan profundos, tan hermosos, tan embaucadores... tan familiares.
Quiero volver a sentirme seguro entre tus brazos, quiero volver a escucharte susurrar en mi oído que me quieres, que soy tu mundo, que no dejarás que nadie me haga daño. Porque aunque solo sean palabras, de veracidad incierta, sé que si vienen de ti, podré confiar en ellas y llegar a creérmelas hasta tal punto de mandar a la mierda la conciencia y la razón, dejando solo tus palabras, tus promesas.

Pero, tú mismo lo has dicho, así que, ¿a quién quiero engañar? Ambos sabemos que, si llego a salir de esta prisión y vuelvo a tener el control absoluto de este cuerpo tan vapuleado que es el mío, tendremos muchas cosas que preguntarnos, muchas que explicarnos y muchas que reprocharnos.

Y espero que puedas dejar tus idioteces de buda sobremusculado y escucharme, porque yo también voy a contarte todas esas cosas, aún con ese venenoso temor a que llegue el momento en que no pueda abrir nunca más los ojos para decírtelas a la cara.

Espero que me prestes atención, estúpida cabeza de musgo, porque yo también voy a contarte nuestra historia.

Espero que me prestes atención, estúpida cabeza de musgo, porque yo también voy a contarte nuestra historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Escrito por Shiro-Kiba y StrangeGRoxy.

Ilustraciones por yurimahp.

Por el día de nuestra muerte [ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora