Capitulo 2

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_PoV Yo_

Aquel lugar era frío, tu cuerpo dolia como los mil infiernos, y hace ya varias horas seguías maldiciendo a aquel hombre que te tenía encerrado debajo del castillo, querías gritar, querías arrancar cada uno de los malditos cabellos de aquellos que habían entrado en tu celda y habían hecho de tu cuerpo su nuevo juguete.
O si, hasta ahora solo podías mendigar por un simple pedazo de pan, el agua, ja!
Eso era igual a gloria para todos aquellos que estaban en aquel lugar.
Algo que te había tomado desprevenido había sido aquel Griffindor al que seguías ayudando desde hace ya años, Petter Pettigrew el era amable contigo y más de una vez te llevo la mejor de las comidas en un pequeño bol descartable, con cuchillo y tenedor ya que conocía tus modales, reiste por primera vez cuando te contó como sus amigos habían caído al lado y la criatura que habitaba allí les había dado su merecido.
El te llevo una manta y una almohada decía que Lily te la había mandado, lloraste al ver como te prometía que pronto saldría se De allí.
Si... Petter podía ser cobarde, regordete y tal vez no caerle muy bien a algunos pero al fin y al cabo ahora eras su amigo.

-Petter..- susurraste, sentías como pronto te ibas a desmayar -Necesito ayuda... por favor- suplicaste, pronto sentiste que las maldiciones dejaban a la luz sus consecuencias.

-Severus- te llamo para atraparte antes de que siquiera tocaras el suelo -Severus escúchame, trata de mantenerte despierto si?- tu solo asentiste -buscare a madame Pomfrey ten mi varita, defiéndete si alguien viene- pero tu negaste -Severus...-

-Tu la necesitas mas que yo Petter.. recuerda a los matones de Hufflepuff, yo estare bien te lo prometo, pero por favor... ve- y viéndote a los ojos no puso mas que suspirar y susurra un pequeño "Esta bien" para correr como alma que lleva el diablo por la enfermera.

Sin mas, caíste para gemir de dolor, rasguños. golpes, hematomas, todo aquello cubría tu piel sin dejar un solo espacio en blanco, aquel liquido carmesí te advirtió que tu estado no había mejorado nada, Abraxas Malfoy estaba sumamente preocupado por ti, no sabia como sacarte de aquel lugar pero con un abrazo le suplicaste que cuidara a tu madre, el se sorprendió pero no te negó su calor y protección, Walbuga y Orio Black estaban como cazadores al asecho por su presa, eran como tus segundos padres, nunca te negaron su amor y protección el amor hacia su amiga Eileen Prince era y siempre seria incondicional, suplicabas para que el dolor cesara, de pronto alguien entro, pero eso no te impidió que gritaras al sentir tu cuerpo arder y tus entrañas doler como el mismísimo infierno hasta que sentiste como algo calmaba tu dolor, luego unos brazos cargandote e ibas a alejarte cuando de pronto escuchaste aquella voz.

-Tranquilízate Snape, no te haré daño- escuchaste mientras apoyaba tu espalda contra su pecho, estabas sentado entre sus piernas hasta que viste aquel cabello rojizo y dijiste.

-Weasley..?- susuraste, tu garganta estaba seca, casi desgarrada pero pudiste articular aquella palabra, lo recordabas bien, Arthur Weasley era un sangre pura pero quedo en Gryffindor, era amable con todos y era el nuevo buscador en el equipo de Quidditch era codiciado tanto como hombres como mujeres pocas veces hablaste con el pero sabias que era una buena persona, nunca lo trataste mal incluso lo ayudabas en pociones.

-Descansa, estas muy débil.. - puso su mano en tu frente y dijo -tienes fiebre-

-Estare bien- trataste de persuadir lo.

-No lo estas Snape- bramo enojado para cargarte, te llevo cerca de la puerta pero fue detenido por un tirón y maldijo -Que demonios?- luego observo las cadenas en tus manos, tobillos y cuello te miro con pena -Por eso, no es verdad?-

-Perdona- te aferraste a su cuello para esconder tu rostro en su cuello -Pero, estoy cansado.. podrías dejarme descansar?-

-Esta bien- se acerco a la pared donde estaban aferradas sus cadenas y se recostó contra la pared volviendo a recostar la espalda del azabache de Slytherin en su pecho.

El Castigo De Los PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora