I'm coming home.

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—Te detesto, Sasaki...—

[...]

Ayato y Kaneki se encontraban en la cima de un edificio presenciando como caía lentamente la hermosa noche. El cabello de Ayato al ser largo se movía junto al viento, el cual soplaba frío y rápido, algo que Kaneki disfrutaba ya que a este le gustaba mucho estar en climas como ese.
En cualquier momento podría llover, habían muchas nubes y a la vez frío, por lo cual ha eran posibilidades de que aquello pasase.

El peliazul tenía su cabeza acurrucada entre las piernas del albino, mientras que él muy nervioso acariciaba su cabello.

Ayato gustaba de Kaneki, no sabía si ello era muy obvio para el chico o este aún no se daba cuenta.

Quería estar en los brazos de él para así poder disfrutar los cálidos que eran estos, besar sus labios para probarlos y enredar sus pálidos dedos entre su cabello blanco para terminar besando su frente o labios.
Ayato al principio tenía un gran odio hacia Kaneki, y jamás pensó que iba a terminar gustando de la persona que se supone que quería matar, ahora en lugar de arrancarle la cabeza quería abrazarlo y demostrarle que sí había alguien que lo quería.

El peliazul terminó gustando de Kaneki por la cercanía que le brindaba, él era como una copa de vino siendo ofrecida a Ayato. Pero la rechazaba al no querer ni siquiera darle una oportunidad de beberla. En resumen el no aceptaba tener sentimientos hacia el mayor.

Por su parte, Kaneki al parecer no se daba cuenta de que el menor moría por tenerlo junto a él. El albino no odiaba a Ayato, simplemente casi no le caía bien por su personalidad, decía que era molesto y no sabía comportarse. Pero se podría decir que tenían un tipo de amistad compleja.

—... Ken—los labios del menor pronunciaron aquel nombre que tanto amaba, era obsesivo con el nombre de Kaneki. También, era la primera vez que no utilizaba sus alías «parche» u «ojo parcheado.»

El albino lo miró, lentamente se levantó y cruzó sus ojos azules con los grises del contrario. Esto hizo que su corazón latiera bastante rápido, sus ojos, piel, voz y labios eran jodidamente magníficos para Ayato; sus manos comenzaron a temblar de un segundo a otro ¿Por qué tenía que ser tan perfecto? Al menos el menor pensaba que Kaneki era perfecto.

—...¿Alguna vez haz gustado de alguien?—fue directo al grano, sin remordimientos le preguntó. Era una pregunta que él quería hacerle desde hace mucho.

Abrió sus ojos con sorpresa, su labio inferior temblaba—¿A qué se debe esa repentina pregunta?—no sabía como reaccionar, nadie antes le había preguntado algo así. Después de todo no tenía muchos amigos o personas en la que se pudiese interesar.

Las manos del Kirishima menor se dirigieron a las mejillas de Kaneki acercando su rostro al suyo terminando por besar sus labios.

Finalmente pudo cumplir uno de sus mayores deseos, probar y disfrutar el sabor de los labios carnosos y llamativos del Ghoul que tanto quería.

I'm coming home || [Ayahaise]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora