Tales of Asgard: Thunder & Mischief 'One Day'

One day: Tale N°6

One day: "Cuentos antes de dormir." 

Si Thor tenía una cualidad arraigada en su personalidad, era el ser perseverante. Cuando una idea se le metía en la cabeza, para bien o para mal, no descansaba hasta que lo conseguía.

Desde que la importante misión de ser hermano mayor le había sido encomendada, Thor no había descansado. Intentaba, siempre que tenía una oportunidad, de acercarse al pelinegro bebé, pero sin tener suerte en lo absoluto ¡Y es que a Loki nada le gustaba! Le picaba las mejillas y terminaba con cabello menos, intentaba hacerle cosquillas y acababa con una mejilla roja, pedía a su madre darle esa papilla extraña de bebé que comía y terminaba con la comida en cualquier parte, menos en la boca babosa de Loki. Al final, el niño solo se retiraba derrotado y frustrado a los jardines del palacio, pateando una que otra piedrita en su camino. El único consuelo que tenía, si a eso se le podía llamar consuelo, es que a su padre tampoco le estaba yendo del todo bien con su hermanito, pues aparentemente al menor no le interesaba nada más que estar en brazos de su madre y pasar tiempo con ella.

Por su parte, Loki no podía estar más a gusto estando con Frigga. Al haber sido abandonado a su suerte en un lugar solitario y frío, la reina representaba todo lo contrario a lo que él en su corta vida había visto, por lo que se negaba completamente a separarse y darle atención a cualquiera que osara intentarlo, y eso incluía al pirata feo de un ojo y al bicho amarillo parecido a mamá ángel. Loki no comprendía el afán del bicho ese de estar molestándole a cada instante, cuando él solo quería comer y dormir, pero se había vuelto cosa de todos los días verle acercarse muy temprano con una sonrisa de la que siempre rehuía, aunque debía admitir que le causaba algo de gracia jalarle el cabello o lanzarle comida.
Quizás y no le desagradaba tanto.

Thor volvió a patear esa pobre roca por enésima vez esa tarde, hasta que fue abordado por su madre quien le había estado observando. Frigga sabía muy bien la tenacidad de su hijo mayor, así como sabía lo mucho que se estaba esforzando para llevarse bien con su hermanito quien parecía no querer dar su brazo a torcer, y no podía evitar sentir ternura y orgullo por su pequeño sol.

—No estés triste, cariño mío, él pronto va a quererte, ya lo verás.

—Me odia, mamá, no soy buen hermano mayor...

El desánimo del niño era palpable, Thor siempre había sido muy abierto con sus emociones, por lo que no costaba trabajo adivinar qué es lo que estaba sintiendo o qué estaría pasando por su cabeza en ese instante y así fue, a Frigga no le había costado ni dos segundos darse cuenta nada más verle. Le acarició los rubios cabellos en un gesto dulce mientras sus labios esbozaban una maternal sonrisa que se interrumpió solo para besar la sien del príncipe.

—Yo sé que no te odia, pero sé que hay una cosa con la que te lo puedes ganar.

—¿En serio? ¿Como?

El niño abrió los ojos con total curiosidad. Si había un método para ganarse el corazón de Loki, él quería ser el primero en saberlo, debía ser el primero, es su trabajo como hermano mayor. Frigga pudo notar las emociones del niño y no le costó trabajo saber que pensaba; había estado divirtiéndose con la competencia implícita que parecían llevar su esposo e hijo mayor por ganar primero el cariño de Loki y ella no se quedaría atrás aportando su grano de arena a la causa de su querido Thor.

—A Loki le gusta mucho la lectura. No importa cuanto lo arrulle, no se duerme a menos que le lea alguno de tus cuentos.

—Entonces ¿Debo prestarle mis cuentos?

—No, cariño ¿Recuerdas tus lecciones de lectura?

—Si, pero son muy muy difíciles, todavía no sé leer bien...