CAPITULO 9

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No pensé que duraría tanto tiempo sin tomar mi auto, fueron las peores (verificando el reloj... ok no) 5 horas de mi vida, que horror; bueno sigamos que la historia. Iba como siempre a gran velocidad por las calles de la ciudad buscando un buen antro para beber, drogarme y bailar un rato o por lo menos hasta que me aburra y me valla con Yulian, porque señor esta mas bueno que goku en tercer nivel, mas bueno que Leonardo Di'Capreo y Dios ese se que esta bueno, es mas comestible que la pizza. 

Al ver un antro que me gusto me acerque me detuve fuera de la entrada haciendo rugir fuertemente el motor, apague a mi bebe y baje del auto con todo el estilo. Recibiendo silbidos por parte de los hombre y mirada o algunos insultos de parte de sus mujeres, salude a Mike que es el guardia del lugar y un amigo de la infancia; su padre hace negocios con nosotros para poder vender drogas y otro tipo de sustancias aquí.

-Mike amiguito lindo, te dejo las llaves de mi bebe por favor que nada le pase o ya sabes que pasará- le dije.

-Tranquila Michelle esta en buenas manos, sabes como nos manejamos nosotros- dice guiñando un ojo en mi dirección haciendo notar su reluciente sonrisa.

-Lo se Mike solo es para recordarte quien manda- dije por ultimo, mientras empezaba a caminar a la entrada del local moviendo notoriamente sus caderas de un lado así el otro, aprovechando los atributos que me fueron concedidos.

Al pasar por la puerta me tope con el túnel que lleva al centro del lugar, mientras pasaba por aquel agujero negro se podía escuchar el retumbar de las paredes por el exceso de volumen en la música, en algunas ocasiones me tope con personas conversando, riéndose como burros y otros casi fornicando en los rincones. Llegue al telón por donde se traspasaba las distintas luces de colores; al correrlo me encontré con el lugar a tope con mucha gente sudando de tanto bailar y otros sudando por mucho tomar.

-Oye nena...- dijo un estúpido que andaba con sus amigos algo borrachos.

-Déjame tranquila- dije sin darme la vuelta.

-¿Porque tan linda y tan sólita por estos lugares- dijo agarrando la parte inferior de mi brazo deteniéndome a mitad de mi camino mientras sus amigos se reían como vacas, y yo pensaba que solo las zorras se reían así.

-Te advertí que me dejaras en paz- dije dándome la vuelta mostrando una perfecta sonrisa macabra.

El dejo de mostrarme su sonrisa y lo único que pude hacer fue darle un puño en el pómulo izquierdo, luego tome su cabeza mientes estaba aturdido impactandola fuertemente con mi rodilla dejándolo en el piso, me subí encima de el y empece a pegar fuertemente mis puños en su cara reiteradas veces hasta que lo deje inconsciente en el piso sobre un notable charco que se formaba por la intensidad de los golpes que le di. Sus amigo se quedaron mudos mirándome muy sorprendidos, lo único que se me ocurrió hacer fue levantar un poco mi vestido dejando a la vista de ellos mi arma dejándolos mudos.

Deje a los inútiles atrás y me dirijo a la barra, la música hacia que me quisieran explotar los oídos.

-Hola linda ¿que quieres de beber?- pregunto un chico de apenas 21 años que trabajaba en la barra.

-Quiero 5 rondas de tequila guapo- dije guiñándole un ojo.

-De inmediato preciosa- dijo mostrando una hilera de dientes blancos antes de retirarse.

Me quede mirando a las personas que estaban bailando o algunos casi teniendo sexo con ropa en la pista. 

Luego de unos 5 minutos volvió el barman con el pedido, saco su billetera y le pago al chico.

-Aquí tienes linda- dijo el barman dándole la boleta donde había escrito su numero de teléfono.

-Gracias guapo- dije guardando la boleta en mi billetera.

Lo Imposible Es PosibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora