Son diez millones
La multitud imbécil.
Son como perros sucios moviendo la cola, abriendo el hocico con felicidad tras la abofeteada de su amo,
Pero no es ético usar el nombre de estos nobles e inteligentes, para aquellos verdaderos animales, verdaderos indolentes.
Os maldigo, repugnantes vidas al alzar, púes respiras el mismo aire de tu enemigo y te alimentas de campesino sucio, ese que no defiendes, ese que tachas de perezoso e indio revoltoso.
Estamos en la tierra de nadie
País de silencios, donde nada pasa, nada ocurre, nada llega, nadie dice, nadie hace, nadie existe.
De pobres con ínfulas de ricos
Más pan no poseen para el hijo hambriento.
Ustedes seres infames, merecen el fuego de más ardiente infierno y la mierda más putrida que puedan comer en carcajadas sosegadas.