Cuarta carta al amor de mi vida.

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Jueves, 21 de junio del 2018.

Te vi llorar a escondidas.

Nunca llorabas en la escuela.

Me preocupé y tomé la valentía en hablarte.

Tú alzaste la mirada hacia mí.

Tus preciosos ojos, rojos.

Tus mejillas con lágrimas cayendo.

Tus labios rojos.

Me rompía el corazón verte así, amor.

Sentía tanta ganas de abrazarte, protegerte y besarte.

Te pregunté si estabas bien.

Tú te reiste sarcásticamente y me dijiste que no, que por eso llorabas.

Me senté al lado tuyo.

Tú me miraste extrañada y me preguntaste que quería.

Yo te dije que una niña tan bonita cómo tú no debería llorar tanto de esa forma.

Tú te sonrojaste y me dijiste que hasta las niñas bonitas podrían llorar sin cansancio y sufrir si es necesario.

No pude contenerme y te abracé, tú apoyaste tu hermoso rostro en mi hombro, y de nuevo llorabas sin cesar.

Ambos estábamos abrazados.

En la habitación sólo se escuchaban tus llantos, donde soltabas todo el dolor que tenias adentro guardado.

Aquellos llantos que resonaban en mis oídos y clavaban mi frágil corazón.

Sólo me quedaba la opción de abrazarte con todo el amor que te tengo.

Ése día aprendí, que las sonrisas más bonitas pueden ser falsas.

Que el amor de mi vida, por dentro sufría.

Y eso me dolía.

Las cartas de un chico enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora