monedas de chocolate | taekook

❁Capítulo 15❁

«¿Qué es realmente amar?»

Dolía, sí, pero lo hacía sentir vivo nuevamente.

❁

—Tae deja eso, quizás Hyung...

Un golpe hizo detener el habla de JungKook, ambos estaban estresados.

—NamJoon, él, él es malo.

Dejó nuevamente su celular sobre su cama, probablemente estaba roto, nuevamente. Lo había lanzado hace media hora contra la pared de su casa, Tae no sabía controlar su rabia.

—No, TaeHyunggie por favor ven aquí—JungKook abrió sus brazos para recibir a su “amigo”.

Le acarició el cabello, que hora era más oscuro debido a una desición de cambio de look, según dijo JiMin.

—Debe tener sus razones, es entendible—murmuró cerrando sus ojos—. Soy como su hermano pequeño.

—No debería haber hecho eso, ¿ahora qué?, mi mamá me castigará porque según te acoso—suspiró sintiendo el calor de los dedos de JungKook tocar su nuca dando pequeños masajes circulares.

—Por algo estoy aquí, hablaré con ella ahora y todo se solucionará, luego iré con NamJoon para hablar claramente de lo que está pasando y luego volveré para nuestra cita.

Cita... él había dicho claramente que tendrían una cita.

Tae se separó poco a poco para apreciar el rostro del menor, sonrió ampliamente para hacerle un suave cariño en su mejilla.

—Eres muy tierno, JungKookie—besó su frente, haciendo sentir débil a su próxima cita.

—Tierno, sí—murmuró pasando una mano por su cabello, nervioso.

—Para mí solamente, espero.

Ambos rieron mirándose tiernamente, las semanas los hacían entrar en confianza.

Continuaron con sus tareas, debían hacer un ensayo de historia y geografía al igual que todo el colegio, no era difícil para ninguno ya que los temas eran de elección propia y el expresarse en un papel no era una dificultad para ninguno.

La música de fondo los relajaba a ambos, aunque era extraño quizás para ambos escuchar Heartbeat de Suran en una habitación cerrada con una cercanía peligrosa, sintiendo el calor de sus cuerpos y dándose tiernas miradas debes en cuando.

Tae había releído lo escrito por JungKook, ya que optaron por un cambio de trabajos y darle otro punto de vist a cada texto. La concentración no estaba de parte de Tae, lo desconcentraba ver a Jeon morder su lápiz mientras concentradamente leía lo escrito por Tae, era un gran escritor y no lo quería admitir.

—¿Mhm?, ¿Pasa algo?—el rojo se internó en las mejillas de Tae al notar la mirada atenta de Kookie.

—Ah, nada—sonrió, soltó una risa nerviosa para continuar leyendo.

Haciendo el intento de leer, era difícil. Las facciones de JungKook eran definidas, estaban perfectamente puestas en el lugar que deben ir, aunque solía escuchar una queja sobre su nariz, que para Tae era perfecta. Sus ojos más redondos pero de un café llamativo, intenso y al mismo tiempo suave, si de su boca se trataba se podía decir que su labio superior era un poco más delgado que el inferior, sus dientes perfectamente ordenados y al sonreír formaba una linda armonía que hacía latir rápido el corazón de TaeHyung.