Hace mucho tiempo, en una noche estrellada...
Una joven de cabellos azabaches caminaba a la orilla de un lago, sus cabellos danzaban con la tenue brisa que en la noche había, esta joven era la unión de dos grandes amores, ella poseía una tersa piel pálida y sus ojos color zafiro deslumbraban en medio de toda aquella oscuridad, sus vestiduras era de diferentes tonalidades de azul, su vestido rosaba delicadamente el suave pasto ademas de que se iba humedeciendo con la poca agua que estas tocaban.
-¿Que haces aquí princesa?- decía una voz detrás de la joven
-Estaba preguntando le a la luna si alguna vez podre amar-
La joven en aquella mañana había sido ofrecida como sacrificio para lograr la paz entre los reinos, todos la querían por su pureza, eso fue lo que atrajo la ambición del rey invasor.
-Princesa-
El que lo acompañaba era su guardia personal, ellos habían crecido como hermanos pero cuando ella fuera enviada al reino vecino ellos nunca se volverían a ver.
-Sabes, mi padre me dijo que había una salida pero eso pondría en peligro a mi querida hermanita así que no acepte, aun cuando ella fuera la hija de una de las concubinas sigue siendo una de las princesas de este reino y yo no tengo poder político o algún atributo para favorecer a nuestro hogar-
El guardia la observaba mientras ella seguía paseando.
-Les dejo a Crisstal a ustedes, a mi hermano, a mi hermanita y a ti-
Con una hermosa sonrisa ella voltio hacia su acompañante y comenzó a encaminarse a su palacio. Después de una semana la princesa partió al nuevo reino que seria su hogar, todos los habitantes de Crisstal salieron a despedirla cuando pasaba su carroza, así paso un mes cuando por fin llego al palacio Moon.
La princesa se encontraba nerviosa pues conocería a la persona con quien compartiría toda su vida pero el jamas apareció. Su futuro esposo se encontraba viajando por las fronteras de sus territorios, así que la joven decidió conocer su nueva patria. Las escoltas reales la llevaron por toda la ciudad, compraron lo que le hiciera falta y regresaron al castillo, la joven había comprado un hermoso cuaderno color celeste.
A la llegar la noche de su llegada la joven princesa fue llamada al jardín "Lunam" y fue cuando sus ojos se toparon con unos hermosos ojos verde esmeralda.
-veo que mi querida prometida ya esta lista para ser mía-
El joven que tenia enfrente poseía una cabellera dorada, todas sus facciones delicadas pero no mostraba ningún rastro femenino en ellas.
-Mis disculpe princesa, me presentare soy el Rey Christian Moon Light, su prometido-
-Un gusto conocerlo-
La princesa hizo su reverencia como le había sido enseñada, ella no quería que se notara su nerviosismo, por otro lado el Rey observaba cada uno de sus movimientos.
Aquel jardín era envuelto por la luz de la luna, todas las flores eran envueltas por esos rayos dándole a si una vista in humana, luces azules aparecieron como si fueran luciérnagas, todas aquellas luces brillaban en medio de la noche dejando a la princesa admirada del hermoso paisaje que contemplaba.
-Como es qu...-no termino la frase al ver como el Rey se iba acercando a ella.
Como si fuera una muñeca de porcelana, el Rey tomo su cintura con delicadeza pero sin permitirle separarse de el y con su mano libre tomo el rostro de la princesa.
-Eres mía-
El rey la beso antes de que ella pudiera protestar, su beso era delicado pero conforme iba haciendo que ella se acostumbrara el fue intensificando lo, la princesa no sabia como responder, sus labios eran tomados por el rey como si los reclamara, como si poco a poco los comiera al igual que su mente... y sin saber, también su corazón.
-Lo siento pero nunca te daré a nadie-
Fue allí donde todo comenzó...
Una propuesta...
Un deseo...
Un amor...
Un pasado...

ESTÁS LEYENDO
Iruna Etelero
Fiksi RemajaSi el amor existe, pido un encuentro Si crees que vas a volver, espero que no me olvides Si no me recuerdas espero que seas feliz.