Prólogo

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La sociedad estaba llena de estereotipos, principalmente entre Alfas y Omegas

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La sociedad estaba llena de estereotipos, principalmente entre Alfas y Omegas.

Un alfa debía ser fuerte, demandante e imponente. Era muy raro -por no decir imposible- que la gente aceptase alfas de miradas tímidas, personalidad tranquila y mucho menos con el cuerpo más frágil que un durazno. Nadie quería un alfa débil y que no podría proteger a su futura pareja y cachorros.

En cambio, los omegas eran las rosas más delicadas y hermosas. Esbeltos, deslumbrantes, aromas relajantes y seductores, las futuras madres de los cachorros de los alfas. Nadie aceptaría un omega que tenía un lazo roto -con un cachorro era imposible-, un omega que no cumplía los estándares de belleza y clasismo impuestos era impensable e inmediatamente descartado.

Jimin nunca quiso guiarse por ello, aun cuando sus padres eran una hermosa omega y un alfa fuerte, aun cuando su hermano era un omega con una belleza inigualable. Jimin no había sido criado con los estereotipos de la sociedad, sino con el amor y bondad de su familia.

Park Hyuna y Park Jiyong habían criado a sus hijos como sus mas grandes tesoros, sin embargo, ambos cargaban diariamente con la preocupación del futuro de su hijo menor.

Hyuna lo sabía, Jimin era un omega precioso y con el alma mas bondadosa que podrías conocer, su sonrisa era una de las que mas le gustaban a la omega y el aroma de duraznos con caramelo de su cachorro era algo que le recordaba bastante a su propio aroma mezclado con el de su pareja.

Sin embargo, no todo es color rosa.

Hyuna sabia como era el mundo exterior, lo había vivido en carne propia con Jiyong, sabía que no podía proteger a su hijo siempre, mucho menos cuando su hijo sufría de obesidad y desarrollaba lentamente una fobia social.

Hyuna y Jiyong a veces discutían debido a eso, Jiyong le exigía a su esposa que someta a su hijo a una dieta, mientras que Hyuna se negaba ya que sabía lo débil que era el corazón de su hijo y a la vez lo mucho que amaba comer los pasteles y las ricas comidas caseras que ella se esmeraba en hacer. Hacerlo consciente de su problema de peso rompería su frágil autoestima.

Hyuna no quería romperle el corazón a su hijo.

Jiyong no quería que alguien más le rompa el corazón a su cachorro.

Pero era inevitable, Seokjin cuidaba con mucho esmero a su hermano menor en instituto, pero no podía estar con el a todas horas, y esas pocas horas lejos de Jimin, eran el pequeño gran infierno del pobre omega a merced de las crueldades de los demás alumnos.

Jimin no tenia la culpa de ser diferente, pero a nadie le importaba eso.

Mucho menos a la persona que había robado el dulce corazón de Jimin.

Lo admitía, era algo ridículo haber caído por alguien que apenas conocía. Jimin solo pudo observarlo a la distancia mientras poco a poco se enamoraba de las risas de aquel alfa, de sus sonrisas, lo increíble que era cuando jugaba para el equipo de futbol, su increíble talento en el grupo de baile. Aquel aroma a cuero y menta atraían al omega como si fuese una abeja en busca de dulce miel.

Esos pequeños momentos donde Jimin podía apreciarlo sin tener que recibir burlas, humillaciones y malas palabras de aquel alfa habían conseguido capturar su corazón.

Jimin se había enamorado de Jeon Jungkook.

Jimin se había enamorado de un alfa cruel.

Jimin se había enamorado de un alfa cruel

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Love ForgottenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora