Cazador Cazado

1.7K 129 34
                                    

Los personajes son de J.k.
Desconozco el autor de la imagen en multimèdia.
Este pequeño one-shot va dedicado a Kelly Endoqui, del grupo Drarry ❤️adict@s en Facebook

16 años, 16 jodidos años. Aún no tengo edad para beber legalmente, ni siquiera puedo aparecerme o hacer magia fuera de la escuela, pero se supone que tengo las agallas necesarias para matar a alguien.
Pues lo dudo, la verdad.

Ah, por si alguien se pregunta si he hecho todas esas otras cosas, la respuesta es obvia. Sí . ¿Porqué debería respetar las reglas? ¿Soy el malo, no?

El verano ha sido una mierda. Con un bastardo mestizo ( su padre era muggle y nació fuera del matrimonio. Son hechos. ) que se cree mejor que todos los que si poseemos la pureza de sangre que tanto ensalza y que se dedica a torturar y matar por diversión.

Un maldito psicópata que encarga una misión imposible a un crío 16 años, el cual , hasta hace poco vivía como si el mundo fuera un parque de atracciones y que, desde luego, no está preparado para la jodida tarea.

He vuelto a la escuela, he dejado a mis padres con la varita del Señor Tenebroso apuntándoles y como si no fuera suficiente tensión, tengo al puto héroe del mundo mágico respirando en mi nuca. Pendiente de todos mis pasos. ¿ Quién puede matar al mago más poderoso de todos los tiempos cuando, además, tiene a su perro faldero (que en realidad es un poderoso león y el tipo con más suerte del mundo) pegado a su espalda?

Pues yo, Draco Malfoy. Tengo que hacerlo o seré tan huérfano como San Potter.

        ****    ****     ****

He perdido la cuenta de todos los giros y vueltas, retrocesos, obstáculos sorteados y pasadizos recorridos. Pero ahí sigue él, detrás de mí, con su capa de invisibilidad. Esa que ya no le tapa los pies, aunque apenas levante dos palmos del suelo. Esa que no puede ocultar el ruido de sus pasos ni las huellas en el polvo de los pasillos menos transitados. Despistarlo es misión imposible. No tengo más opción que enfrentarme a él y que Salazar me ayude.

Abro la puerta de un aula en desuso, espero a que pase simulando mirar a ambos lados y entro. Cerrando pero sin usar ningún hechizo. Veo sus huellas en el polvo mientras fijo caminar cabizbajo.

De golpe le arranco la capa, me asombra su textura, pero no pierdo el tiempo en apreciaciones. Lanzo un expeliarmus y la varita que empezaba a mostrarse en sus manos vuela lejos de su alcance. Me aproximo a él, sólo un poco. Aunque soy muy consciente de mi superioridad física todavía no voy a jugar esa carta.

Le hablo despacio, como si me dirigiese a un niño pequeño, como si yo estuviera muy cansado. (que lo estoy)

-¿Ya tienes lo que querías? - arrastro las sílabas más que nunca - ¿has descubierto algo interesante siguiéndome está cuando voy a mear?- Podría haber usado otra expresión, pero es reconfortante ser grosero, a veces. - ¿vas a dejar de seguirme o tengo que hechizarte y así darte la prueba que necesitas para que me expulsen?

No responde, solo me mira. sus ojos fijos en mí. a pesar de que se finge tranquilo puedo leer su lenguaje corporal. Noto la tensión en su mandíbula cuadrada y masculina ¿la última vez que lo mire no tenía cara de niña? sus manos demasiado grandes para su cuerpo se cierran en puños.

Aunque no deja de mirarme que se niegue a responder a mis preguntas me hace sentir ignorado y NO a un Malfoy no se la ignora. A Draco Malfoy se le ama o se le odia pero nunca se le ignora y es eso lo que me hace saltar.

Apunto con mi varita, la cual he mantenido a la vista todo éste tiempo, y la acerco a su cuello... o donde cualquier otro chico de nuestra edad tiene el cuello. Pero como el estúpido cara rajada es bastante enano me quedo con la punta de mi varita en su barbilla, justo debajo de su cara de idiota. Apenas reacciona.

Simplemente da dos pasos hacia atrás, no hay espacio para más. Queda contra una pared ¡lo tengo acorralado!

Sonrío como cada vez que he conseguido fastidiarle, de lado, una sonrisa sin alegría, con la malicia y arrogancia prendida de mi padre y ensayada mil veces.

Veo en sus ojos una pequeña chispa. Busco miedo, terror, desesperación incluso. Su peor enemigo lo ha acorralado como un animalillo. No hay salida posible.

Sin embargo, no encuentro en esas profundidades verdes nada más que decisión.

Me enfurezco.

Mi varita sigue sobre su mentón y ejerzo un poco de presión al hablarle.

-¿Asustado Potter?- escupo, y vuelvo a 2° curso.

La chispa en sus ojos brilla de nuevo y me sorprende ver diversión ellos.

- Más quisieras.

El imbécil me sonríe y es impresionante. la constancia de que estoy encontrándole atractivo me golpea casi físicamente. No es posible, debe ser la adrenalina en mi cuerpo lo que me vuelve estúpido. Cierro los ojos un instante, seguro de que al volver a abrirlos y una vez recuperada la razón, frente a mí hallaré al Cara Cortada-odioso-Potter de siempre.

Me equivoco.

Si no supiera que es totalmente nulo en legeremancia podría creer que ha entrado en mis pensamientos y se siente avergonzado.

Su postura es casi sumisa, con el cuerpo laxo y la mirada recatadamente baja. Al instante siguiente alza los ojos hacia mí, inexcrutables y profundos, inclina la cabeza de un modo casi infantil y como un niño qué prueba por primera vez un dulce, lame tentativamente la punta de mi varita

Las alarmas se disparan en mi cabeza. Lanzo la capa que aún sostenía en mi mano al suelo, abro la puerta de tirón y salgo del aula a la máxima velocidad que permiten mis piernas.

Esquivo a estudiantes sin importarme una mierda perder la elegancia y sin notar el pequeño hilo de sangre que sale de mi nariz.

Fin?

Inspirado por imágenes Drarry/Harco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora