Calidez

Cita:

"Ser valiente es amar a alguien incondicionalmente, sin esperar nada a cambio.
Para simplemente dar. Eso requiere coraje, porque no queremos caer sobre nuestras caras o dejarnos abiertos para herirnos".

Madonna.

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Era temprano en la mañana cuando Todoroki recibió una llamada pidiendo ayuda. Eran los bomberos quienes le contaron que un gran incendio estaba devorando gran parte del bosque y que a pesar de sus esfuerzos todavía no podían controlarlo. Miró el reloj, marcaban las 7:30. Era su día libre, pero no podía pasar por alto un pedido de ayuda. Con rapidez salió de la cama y se alistó para partir.

Al llegar al lugar la imagen era devastadora. Las llamas avanzaban rapidamente, consumiendo todo a su paso. Habían varias unidades de bomberos y algunos heroes, entre ellos Iida, su mejor amigo, que intentaban sin éxito sofocar el fuego.
El incendio era grande, pero no le tomó más de una hora el poder extinguirlo.
Sin dudas su quirk de hielo le venía como anillo al dedo.
Luego de recibir las gracias de parte todos, y mientras se preparaba para salir literalmente corriendo, Iida lo detuvo.

-Gran Trabajo, Todoroki-Kun. No sé que habríamos hecho sin ti -Dijo mientras le daba palmadas en el hombro.

-No fue nada, Iida. Ahora si me permites, tengo que irme ya -dijo visiblemente apurado.

-¿Por qué el apuro?

-Tengo algo muy importante que hacer.

-No me digas que...

-Si. Es eso. -Respondió tajante. Iida hizo una mueca de pesar al entender exactamente de que hablaba su amigo. Todoroki rodo los ojos, conocía de memoria el sermón que iba a recibir.

-No crees que ya es momento de que...

-¿De qué? -le interrumpió con clara molestia.

No le gustaba hablar del tema, sobretodo porque era algo sumamente íntimo y nadie tenía derecho a meterse.

-Oye, sabes que el también era mi amigo...pero esto no te hace bien -intentó tranquilizarlo, pero cuando se trataba de "ese tema" no existía argumento que valga.

-¿Era? ¿Ya no lo es más? -Ahora si que estaba molesto. Iida comenzó a sudar de los nervios, no quería seguir arruinandolo más, pero parecía que no iba a hacer otra cosa más que eso. Buscaba las palabras correctas, pero la mirada molesta y penetrante de Todoroki solo lo entorpecía más.

-Si lo es,Todoroki-Kun. Sabes que no me refiero a eso, yo también lo quiero...pero esto no puede seguir. Ya pasaron cinco años desde el accidente y todavía no hay respuest...

-Suficiente. -Dijo cortando en seco el mismo refrán que le repetían todos- Si no tienes nada mejor para decirme entonces me voy.

Dió la media vuelta para retirarse, completamente ofuscado, pero Iida lo detuvo del brazo.

-Sabes muy bien que esto también es algo muy difícil para mi... Él fue mi amigo más querido.

El rostro del de anteojos demostraba una genuina expresión de tristeza y melancolía. Sus ojos reflejaban años de angústia contenidas y, aunque no lo compartía, Todoroki entendía el porqué su amigo le decía lo que le decía.
Él sabía que Iida, al igual que todos los otros, ya había bajado los brazos y se habían resignado a perderlo. Todos, aunque les costó, siguieron con sus vidas... pero él no podía.
No podía seguir con su vida si le faltaba su otra mitad; su compañero, su héroe, aquél chico alegre que lo había rescatado de sus penumbras. Simplemente no podía olvidar todos los años que habían compartido.