CAPITULO 3

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Acompañé a Ingrid a comer sushi a local a las afueras del instituto. Era un día relajado, al parecer. Por lo general a estas horas en este lugar los chicos hacen filas enormes para comer algo. Esta vez no era así... Pareciera que esto de despertar haciendo otra rutina completamente diferente a la acostumbrada traía sus cambios. Aun así yo miraba la calle y aquella puerta enorme del instituto. Ingrid estaba en caja pagando mientras servían su comida. La miré y me sonrió tiernamente. Pasamos lo que restó de nuestra hora juntos platicando sobre las cosas diarias y como iba nuestro rendimiento académico. Para variar, y no era de esperar, Ingrid me contó que tuvo un pequeño debate por equipos en su aula, en la cual su equipo había dado las mejores opiniones y puntos de vista, al final la habían exentado. Algo normal en la vida de Ingrid, es una chica extraordinaria. Lástima que eso no se contagie por vía oral.

...

Dejé a Ingrid de nuevo en la entrada de su edificio y yo retome mis horas clase que me correspondían.

Después del largo y duro entrenamiento del día de hoy Ingrid y yo nos dirigíamos hacia su casa, la cual no estaba tan retirada del instituto. Sostenía su mano y era evidente que cada vez que pasábamos frente a alguna chica las miradas se hacían sentir. Nosotros particularmente, ya estábamos acostumbrados a ello. Hace no más de un mes le jugaron una broma muy pesada a Ingrid inventando que yo había sufrido un accidente a las afueras del estado... y eso no era cierto ya que ese mismo día todo el equipo del gimnasia había salido a competencia por lo cual Ingrid y mi familia se habían preocupado de más por la supuesta noticia, a tal grado que Paulo tuvo que responder ante mi familia y el instituto por mi integridad.

Un mes atrás, yo fui la víctima. Se había iniciado un rumor sobre una epidemia de Chlamydia en el instituto y para mi suerte esos rumores me ponían como protagonista hasta tal punto que la administración pidió ayuda al departamento de ciencias de la salud del mismo instituto haciendo exámenes de laboratorio a cada estudiante. Todo terminó en que habían sido rumores y algunos casos verdaderos de otras enfermedades venéreas. No sabemos que nos espera más adelante, pero, sobremos lidiar con ello.

- Estuviste espectacular en el entrenamiento de hoy...- dijo mi novia mientras tomábamos lugar en el umbral de su hogar.

- Desde las gradas la vista es mejor. Sabes, por eso me gusta que me veas entrenar.-

- Me alegra mucho que lo estés disfrutando, sobre todo porque estas serán tus últimas competencias interestatales, César.-

- Lo sé, no hace falta que me lo recuerdes... Sólo quiero pasarla bien y hacer ganar al equipo.

- Así lo será...- dijo y nos besamos como siempre lo hacíamos, como si no hubiera un mañana; suave y lento.

- ¿Nos veremos mañana?- interrumpí aquel beso.

- No lo sé- contestó Ingrid con la mirada baja. – Tengo el día libre de clases y mis padres visitaran a la abuela, quieren que los acompañe.-

- Está bien, no hay problema, nos veremos otro día, entonces.-

Un abrazo caluroso finalizó nuestra conversación e Ingrid ingreso a su hogar mientras yo recorría el césped para salir a la calle. Me dirigí a mi casa, ya algo cansado. Ultimadamente sentía un pesar a estas horas del día, quizá era el entrenamiento, quizá la escuela en sí. No lo sabía muy bien, solo esperaba a que pasara tarde o temprano.

...


Como era de esperar la fachada de casa estaba iluminada, tal y como le gustaba a papá y mientras me dirigía hacia la puerta note sombras dentro de la cocina. Algo pasaba...

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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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