CAPITULO 2

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Abrí mis ojos de golpe, tome tiempo para acostumbrarme a la gran cantidad de luz solar que entraba por mis ventanas. Tenía la esperanza de que estuviera a tiempo de llegar a clases y así lo era. Tendría dos horas libres, perfectamente alcanzaría. Me levante y tome una ducha no son antes conectar mi móvil a cargar y mientras preparaba la ducha no dejaba de sonar aquella alerta que indicaba la llegada de un nuevo mensaje. Al parecer eran muchos.


No me tomó más de quince minutos la ducha, salí y me cambie. Me puse una camisa de manga corta, y un pantalón de mezclilla negro. Revise el móvil y en efecto, eran mensajes. Unos me recordaban que hoy tenía entrenamiento después de clases, otros eran de un grupo de amigos sin conversaciones de importancia. También un recordatorio de que hoy tengo que entregar unos documento a las secretarias del Instituto. Y al final un mensaje de Yamil escrito a las 5:30 de la mañana.


''Que me lo ha contado todo Ingrid sobre el asunto de Paulo, ya veré yo mañana que moto les tiro a papá y mamá por no haber llegado a dormir. La pasamos increíble. Siento mucho que tuvieras que irte.


Nos vemos en el Insti, besos. ''


-Yamil.


Bien, nada grave había pasado. Bajé las escaleras esperando encontrar a madre. Pero, no. Aunque ella entraba mas tarde a la oficina supuse que tenía cosas que hacer antes. Gracias al cielo aun quedaba desayuno sobre la mesa. Era una costumbre mía, pero, no podía estar sentado únicamente masticando y ya. Tenía que estar haciendo algo más. Con el desayuno en mano me puse a buscar los documentos que entregaría hoy. Eran documentos que me habían solicitado para la competencia que se acercaba. Todos los competidores tenían que hacer entrega de, y hoy era ultimo día. Trataban asuntos médicos sobre mi salud, peso, talla, muchas firmas y sellos. Ya me había cerciorado con anterioridad que estuviera en tiempo y forma, pero, más vale ser prevenido y echar un vistazo de nuevo.

Salí de casa faltando una hora para mi primera clase, el autobús esta vez sí tardó. Aunque yo siempre encontraba como aprovechar el tiempo. En la parada, yo no era el único, reconocía algunas caras del instituto. No les tomé importancia y seguí con lo mío. Y sí, en efecto todos tomamos el autobús que llevaba al instituto. No pasaron ni diez minutos cuando este llegó y nos dejo en la puerta. Bajé y rápido me encamine hacía mi destino. Rumbo a secretaría me topaba con personas que ni siquiera conocía, pero me saludaban aun así, yo sólo me limitaba a sonreírles. Eran de todo, chicas y chicos, incluso maestros. Saqué de mi mochila los documentos que iba a entregar, esperando que estuvieran las secretarias. Era un pesar estar en estos rumbos del instituto, odiaba todo clase de trámites con estas personas. Un setenta por ciento de los trabajadores administrativos se caracterizaban por hacerte la vida escolar pesada, tener una actitud desinteresada y prepotente. Solo rogaba que esto fuera rápido.

Entré y todo se veía tranquilo, pues claro, era temprano. El olor de humedad del lugar era algo penetrante pero acogedor, este lugar llevaba años así. Me acerqué al pequeño escritorio de la recepción y pregunte por el área de trámites internos. Me indicaron que nadie había llegado aun y que tendría que esperar máximo quince minutos. Me senté en una de las incomodas sillas de por ahí y textié un mensaje a Ingrid y a Yamil, con el motivo se asegurarme de que ya estuvieran en camino. Yamil me contestó y me confirmo que venían en camino mientras observaba como el personal de aquí llegaba y se colocaba en sus lugares de trabajo.

César.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora