13 guys not 17

Parte I: SeungCheol

— ¡Bájate de ahí!— gritó mi hermana desde la ventana de su habitación.

— ¡Cállate que lo espantas! — grité-susurré mientras observaba a la pequeña ardilla que estaba delante de mí. — Hola pequeño... — le dije haciendo la voz más dulce que pude. —... o pequeña.

Estaba arriba del árbol que se encontraba en el patio trasero intentando agarrar a una ardilla. Realmente había olvidado lo que había hablado hace un par de horas con Emily, pero cuando iba a sacar la basura me encontré con esa ardilla, y fue como el destino, yo sabía que estábamos destinados a estar juntos.

—¡Ojalá te caigas y te rompas algún hueso!— gritó Jyah de nuevo. Y después cerró la ventana con fuerza.

Me moví sobre la rama en busca de la ardilla, entonces mientras me acercaba más y más alguien gritó desde la casa de al lado. Bajé la vista al momento de que sentí como mi pierna se resbalaba y perdía el equilibrio. Tardé un par de segundos en darme cuenta que me encontraba en el piso. Mi cabeza daba vueltas y apenas y podía distinguir lo que estaba a delante de mí. Escuché algo, sabía que alguien me estaba hablando pero no entendía que me estaban diciendo. Poco a poco mi vista se aclaró y distinguí a un chico enfrente de mí. Levanté la cabeza con rapidez haciendo que mi cabeza doliera aún más. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en un patio que no era el mío y que me había golpeado la cabeza con una banca de madera.

— ¡¿Estás bien?!— preguntó el chico alarmado — ¡Tú cabeza está sangrando! — dijo agarrando mi coronilla, pude ver que sus dedos estaban manchados con sangre. — Perdón por gritarte, no pensé que te caerías — dijo ayudándome a pararme. — Vamos adentro, tengo que llamar a una ambulancia— al oír esas palabras se me heló la sangre. No me daban miedo los hospitales ni nada, si no mi madre cuando se enterará que me abrí la cabeza por estar haciendo estupideces.
Me solté de él, y el chico me miró extrañado.

— Estoy bien, no necesitas llamar a nadie — Dije levantando ambas manos.

— ¿Cómo puedes estar bien mientras tu cabeza estás sangrando? — preguntó el retóricamente.

— En serio estoy bien — dije dándome media vuelta y caminando hacia la cerca para saltarla y cruzar a mi casa.

Al momento de intentar saltar la cerca, no salté lo suficientemente alto y me caí hacia atrás cayendo en el pasto. El chico corrió hacia mí, pero yo me levanté rápidamente.

—¿Puedo salir por la puerta principal? — le pregunté tímidamente. Vi que estaba intentando reprimir una sonrisa.

— Tienes que ir al hospital.

— No, si mi mamá se entera de que invadí propiedad privada y me abrí la cabeza por subirme a un árbol, no volveré a ver la luz del día. — dije mientras negaba con la cabeza.

— Realmente debes ir, puedes tener una hemorragia o algo — dijo tomándome de los hombros — y si el caso es tu mamá podemos no decirle. Iré a pedirle las llaves del carro a mi madre y te llevaré al hospital, ¿qué te parece?

Yo negué con la cabeza.

— Mi hermana es enfermera así que puede revisar mi herida, si llega a ser algo serio ella me lo dirá e iré al hospital, te lo prometo.

Mi hermana tiene 13 años y todavía no termina la secundaria, pero el no tenía por qué saberlo, ¿verdad?