Introducción

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Y ahí estaba el, viendo como lo mataban o moría por si mismo, no había escapatoria siempre regresando a ese mismo día como si fuera un dejavu pero, con la diferencia que se repetía a diario a la misma hora, fecha y lugares,  el estaba atrapado en un mismo día sin saber cúal era la solución para poder salir de ese día que le resultaba maldito,
provocándole impotencia, miedo, ira, miles de emociones a la vez.
Pero con lo que no contaba era que siempre se encontraba con el mismo chico, haciendo que el también muera y sufra, algo que los separaban era que el chico nunca recordaba ese día.
Y asi se fué transformando en un juego, que no pide opiniones solo lo obligan a jugarlo sin importar las veces que el muera.

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Sus pasos se escuchaban cada vez más cerca en el pasillo hacia la habitación, sus pasos se hacían más fuertes,firmes y en cada movimiento emitía un aura temible. Jungkook  callando los chillidos que su acompañante emitía bañado por el miedo y terror de volverlo a perder y de nuevo repetir el mismo día que ya lo tenía cansado, de ver las mismas actividades, de escuchar las mismas conversaciones, de verlo morir y también el morir una tras otra  vez sin saber quien es el asesino.

-Shh...Ya se esta alejando, sólo un momento más- le decía mientras  sonreía de una manera tan dulce tratando así de emitirle calma al pequeño rubio quien le abrazaba fuertemente - tranquilo ya pasará.
- T-tengo miedo...- susurraba el rubio tratando de calmar su llanto,  una mano seco sus lágrimas y acarició su lindo rostro.-Tranquilo cariño no importa cuántas veces me maten o tenga que matar pero siempre estaremos juntos sin importar las veces que se repita este mismo día tú me ayudarás a recordarte- dejando por último un casto beso en el rubio.

Los pasos llegaron hasta el cuarto en donde se ocultaban, se podía ver la sombra de aquel desconocido al otro lado de la puerta los chicos obserbavan sigilosamente tratando de no hacer ningún ruido cuando que suena la manivela de la puerta tratando de darse paso pero esta estaba trabada así que el desconocido dejó de forzarla y empezó a retroceder amparentando darse por vencido, pero no era mas que diversión para el agresor cuando de un momento a otro empezó a golpear la puerta con brusquedad, haciendo que los jóvenes den un peqeño salto del susto hasta que se rompió la manivela habriendo  la puerta con brusquedad  entrando en el cuarto listo para atacar a su presa como siempre, como un juego que nunca termina  teniendo  siempre el mismo final para los dos jóvenes.

Déjà Vecu- (JIKOOK) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora