Capítulo 26

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Ochenta preguntas es igual a dos horas sin despegar los ojos del folleto.
Las preguntas han sido muy variadas, bastante de biología para mi suerte, pero esta vez agregaron contenido histórico del cual sé, pero tengo miedo de responder demasiado.

Se supone que nosotros solo sabemos lo mínimo, lo que se lee en los libros de acceso público.

Si contesto las interrogantes con lujo de detalles, obviamente se percatarán de que algo no va bien.

Mi pie no ha dejado de golpear el suelo, mientras mi mano se mueve ágilmente sobre el papel.

Somos contados los que realmente estamos respondiendo la evaluación, la mayoría no ha dejado de mirar fijamente la mesa sin siquiera tomar el lápiz.

Tal vez en este campamento en general se les da mejor el cuerpo a cuerpo.

¿Qué usarías para una tertulia?

Releí tres veces la pregunta, visualicé las dos opciones otras cinco y la mandíbula se me desencajó por cada vez que lo hice.

¿Qué coño?

¿Qué tiene que ver la ropa con la supervivencia? ¿Tertulia?

La mayor junta que tengo con otras personas es cuando en los horarios de comida, y si es que a cruzar unas cuantas miradas se le cataloga como interacción.

La primera imagen mostraba nuestro usual uniforme, al contrario, la segunda mostraba un vestido con encaje por todos lados, parecía más un repollo y al lado estaba un traje parecido a los que les he visto a los políticos Orientales.

La camisa azul agua me recordó a Adrián.

Estoy enojada con él, llevo tiempo sin saber más que las órdenes que les da a mis guardaespaldas sobre cómo me deben proteger.

Por lo demás nada, cero mensajes, ninguna llamada, menos una visita.

No debí dejarme llevar, ahora le extraño, cuando se que es algo completamente imposible, odio no tener el control de mis emociones.

Encerré la segunda opción sin dejar de pensar en Doskas.

-Soltád los lápices-miré a la esquina de la habitación al escuchar nuevamente la voz desde los megáfonos.

Pasamos las hojas hacia delante y me crucé de brazos. Di un repaso rápido a la sala, ni siquiera sabía que existía un salón tan grande escondido en el comedor.

Y hay que tener en cuenta que en cada pasillo hay engendros dando prueba escrita.

-Se ha agregado una nueva modalidad a la evaluación-puse los ojos en blanco más que frustrada-Aunque no es necesario que participen todos. Les recomiendo que no se arriesguen los que no tienen talento-la risa burlona no pasó desapercibida para nadie.

Una mano rozó mi hombro, miré hacia arriba y los intimidantes ojos negros de Mirt penetraron los míos.

-Ahora podrás retirarte de la sala-dijo demandante.

Negué con la cabeza.

-Primero quiero escuchar la propuesta-susurré esperando no comenzar una estúpida discusión.

-Serán guiados a una habitación con cámaras que los grabarán en vivo. Tendrán la oportunidad de "patrocinar" a un engendro que esté dentro del entrenamiento público, en el caso de que escogaís a alguno que esté perdiendo, podrán ayudarle física o intelectualmente-no alcanzó a terminar de dar la información, cuando mi mano ya estaba alzada por instinto.

Sé que esto lo deben estar grabando, aunque no lo digan, dudo que los Orientales no quieran ver nuestras reacciones.

De seguro hay un primer plano de mi rostro.

ZONA DE FALLAS: ENGENDROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora