CAPITULO DOS

1 0 0
                                        

Siento el ardor de mis ojos de tanto llorar, no tengo ni la menor idea de que hora es pero cada vez que una escena se repite en mi cabeza mis lagrimas aumentan y comienzan a salir de manera exagerada acompañado de sollozos y hipidos que me están comenzando a cansar.

En el volumen bajo en el que estoy llorando puedo estar segura de que nadie me esta escuchando, me pregunto si algún día podré superar esto.

Si podré acercarme a una persona sin temer y desconfiar, posiblemente mis recuerdos sean los peores enemigos desde ahora en adelante. En cierta parte siento que ya todo acabó, siento que nunca mas volveré a ser abusada de mi hermanastro pero ¿y si me golpea por escaparme?

Ese pensamiento hace que se me revuelque el corazón y sienta una asquerosa sensación de mi estomago. Abrazo con fuerza la almohada tratando de saciar mi necesidad de llorar. Odio hacerlo y no me gusta hacerlo delante de las personas pero estas situaciones ya me han sobrepasado.

Quisiera volver esa muchacha de hace tres meses, era rebelde pero divertida, no hablaba con todos pero tenia amigos, donde mi única preocupación era pasar de curso o que no me descubrieran las fiestas. Es casi increíble él como han cambiado las cosas.

Llevo una de mis manos a mi cabeza ahuyentando los cabellos rojizos de mi sudada frente, seco mis lagrimas tratando de calmarme aunque sienta que en cualquier momento seré ahogada por ellas, tengo que ser fuerte aunque yo misma no me lo pueda creer.

Estoy segura de que el mundo hay mujeres y niñas que han pasado por la misma situación que la mía, y que muchas de ellas han salido hacia delante, por lo que yo puedo hacer lo mismo. Y trataré con todas mis fuerza lograrlo.

Voy a salir de toda esta mierda...

Me acomodo en la cama y cierro los ojos tratando de conciliar el sueño por segunda vez.

🌊

Abro mis ojos y esta vez es porque mi mente me recordó que tengo que ir a la escuela. Ahora que lo pienso debí tirarme de ese puente lo mas rápido posible.

Siento mis ojos y pesados por las lagrimas secas acumulada en mis pestañas, prosigo a quitármelas cuidadosamente con mis finos dedos.

Me levanto aun adormilada y me encamino a lo que creo que es el baño. Tomo la pasta dental y la pongo en mi dedo y comienzo a cepillarme o eso creo con mi dedo. Al terminar me lavo la cara, peino mi suave y rojizo cabellos con mis mano, algo a lo que me he acostumbrado a hacer.

El sonido de mi estomago rugiendo me desconcierta por completo, ayer no cené y sospecho que hoy no desayunaré.

Con cuidado y temor abro la puerta a la mitad, miro a ambos lados en busca del muchacho que si mal no recuerdo se llama Roman. Al no verlo salgo sigilosamente.

Bajo las escaleras y así salir de la casa, busco la puerta con la mirada pero con lo único que me encuentro es con la imponente figura de el muchacho Roman al frente mío. Sus ojos verdoso me examinan, siento un revuelto en el estomago y un poco de temor recorriendo mi cuerpo.

— ¿A donde ibas? ¿Esta consciente de que no tienes idea de donde estas?—Inquiere con diversión.

Siento como los pensamientos desconfiados invaden mi cuerpo, doy un paso hacia atrás a la defensiva.

—No, no, no. Tranquila, solo estaba bromeando. Puedes confiar en mi.—Vuelve habla alarmado y preocupado a la vez.

—Te doy las gracias por mantenerme aquí, pero tengo que irme. No puedo quedarme aquí, estoy segura de cuando llegue a casa me va esperar algo muy feo, no sé para que me metí en esto, sácame de aquí por favor—Un par de lagrimas desesperadas salen por mis ojos, confieso que estoy muy asustada y temerosa en este momento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 24, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un Salto A La Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora