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Podía regresar, realmente, podía hacerlo, estuvo esperando por mucho tiempo a que ese mensaje llegará a sus oídos. Había extrañado a su familia, sobretodo a su hermano mayor, también extrañaba a Padre, a Marco, a Thatch, Vista, todos. Por un momento, creyó que las lágrimas saldrían, pero no, debía aguantar, sino, Ace se burlaría de él.
Además, lo que ahora le preocupaba y tenía algo tenso, era su propia tripulación, ninguno de ellos sabía acerca de eso. Zoro solo sabía que un día apareció en aquella base de la Marina. Los demás, tenían la misma información que el "vice capitán".

— pero... - protesto entre jadeos - ninguno de mis nakama, sabe que pertenezco a la tripulación de Shirohige - logro decir aún con su hermano atacando sus muslos.

— ya habrá alguna forma de explicarles - le respondió al momento que le daba un descanso a la piel tatuada - por ahora, lo importante es que puedes regresar con la familia, que te han extrañado como no tienes idea - está vez, solo le abrazo mientras le miraba a los ojos.

Luffy acarició su mejilla adornada de pecas, el mayor había extrañado tanto ese contacto. Beso la mano con cariño, tantas noches anhelando ver a su hermanito de nuevo, tantas noches soñando con poseer al pequeño. Cuando supo que Padre, le había encomendado esa misión al sombrero de paja, se opuso, no dejaría que Luffy se fuera solo al mar, sin nadie, ¡Estaría en peligro!
Sin embargo, el chico con la cicatriz debajo del ojo, había aceptado. No podía hacer más, sobretodo cuando Shirohige le prohibió intentar detener al chiquillo.

Un largo año paso, y al fin tenía autorización de ver al pequeño.

Aún abrazado de su pequeño, suspiró, basta de juegos, tomó al Mugiwara, y le acostó en el piso de madera. Le beso, de aquellos que tanto anhelaba, un toque tierno que transmitía los sentimientos reprimidos en todo ese tiempo.

— Ace... - volvió a llamarlo en medio de un gemido -  no deberíamos - le quiso detener.

— ¿Por qué no? - le cuestionó en forma de reproche.

— los hermanos no deberíamos de hacer es- se interrumpió al ver que el mayor golpeó el suelo - ¿Ace?

— ¿Quién te dijo eso? - le cuestionó - Creí que ya habíamos aclarado eso, ¿No, Luffy? - su voz salía entre molesta y dudosa.

— si, pero - se cortó al ver a su hermano morder su labio.

No quería ver el rostro de su hermano mayor deformado en una mueca de frustración, decidió que lo mejor era complacer a la única familia– hablando de sus hermanos –, que le quedaba,  tomó el rostro pecoso del mayor, dispuesto a seguir con aquel acto en el cual se demostraban su amor.

— Ace, lo siento - sus manos tomaron sus mejillas para mirarle a los ojos - solo fue una tontería, es solo que ha pasado mucho tiempo - tal y como debía pasar, el pelinegro mayor mostró una gran sonrisa al recibir esa respuesta.

— ya veo, era solo eso - expreso feliz y aliviado - no te preocupes, lo que hacemos no es malo, el amor no es malo, Luffy - le dijo mientras desabrochaba el chaleco rojo, mimando sus tetillas.

Luffy decidió que no seguiría hablando, por lo menos no de ese tema. Dejó que el joven comandante, hiciera lo que se le antoje con su cuerpo, luego resolvería ese laberinto en su mente. Por el momento, disfrutaría de estar con Ace.

Por su parte, Portgas, disfrutaba de la docilidad de su pequeño niño, lo último que quería era escuchar de nuevo a aquellas dudas que Luffy tenía con respecto a su relación.
Olvidándose de ello, retomo su labor de hacer que el pequeño Mugiwara se perdiera en el placer.

Sus labios recorrieron cada parte de su cuerpo, desde el cuello hasta la pelvis, asegurando que el menor se perdiera en las garras del placer, succionó el interior de sus muslos rozando intencionalmente su entrada, sintiendo como Luffy se estremecía por el contacto y las sensaciones recibidas.

— ¡Ah! - gimió al sentir la lengua de Portgas en su culo - Ace... - jadeo el nombre, tomando los brunos cabellos entre sus dedos.

El mayor siguió succionando y penetrando a su hermanito con su lengua, dispuesto a otorgarle el mejor orgasmo de su vida al pequeño Mugiwara.
Luffy no podía aguantar más, sentía el característico cosquilleo en su vientre bajo, anunciando la llegada del mayor placer que experimentaría.

Ace lo sintió, observó cómo su hermano menor, cerraba los ojos y mordía sus labios, dispuesto a aguantar, sin embargo, él no iba a ceder, quería contemplar el rostro de su amado pequeño contraído en placer, puro placer y éxtasis.
Continúo con su labor, hasta que los dedos del sombrero de paja se aferraron a su cabello y lo tiraron hacia atrás, alejándolo del inminente orgasmo.

— ¡Ace! - gimio en medio del orgasmo.





Su pelea sin sentido había culminado en un empate, pues ambos estaban lo suficientemente ebrios, como para caer dormidos. Zoro, sin embargo, aún tenía su gran tolerancia al alcohol, por lo que claramente, no cayó rendido simplemente tomó una siesta corta; sin embargo, escucho cuando su capitán exclamó el nombre de su hermano.
Abrió los ojos, con un poco de molestia, se levantó subió las escaleras del Merry, se dirigió a la cocina del barco, de donde sospechaba había salido el "grito", de Luffy.

— ¡Zoro! - escuchó la voz de Chopper - aquí estás, necesito que me acompañes, Usopp dice haber visto algo al anclar en Anohana - le dijo.

— ¿Es muy importante? - cuestionó algo dudoso a ceder ante el reno.

— si, por favor - respondió con una expresión seria en su rostro.

Roronoa suspiro, poco a poco se alejó de la puerta que daba a la cocina, guiado por Chopper a los dormitorios. Con un mal sabor de boca, al no escuchar la voz de su capitán ni la del hermano de este.
Pronto había, llegado donde el mentiroso de la tripulación, quién con preocupación le contó sobre el barco que vio en el pueblo.

Mientras, por su parte Luffy, se encontraba en piso de madera agotado, con la respiración agitada. Sus ojos acuosos por el reciente orgasmo, sus labios entre abiertos y una fina línea de saliva en ellos. Ace no le daría tregua, se había montado sobre el, dispuesto a llegar al final, tomó sus muslos abriéndose paso en ellos, acarició su entrada con delicadeza, le beso en los labios de forma cariñosa y apasionada. Poco a poco comenzó a entrar en la pequeño, experimentando el placer de ser apretado en una cavidad tan húmeda y cálida cómo lo era el interior de su hermanito. Quiso moverse al instante, sin embargo, no quería dañar al pequeño, por lo que espero a que sea Luffy quien le indicará cuando podía hacerlo.

Unos segundos de haber entrado por completo, fue lo que le tomó al joven con la cicatriz en el ojo en comenzar a moverse por su cuenta al ver que su hermano mayor no pensaba hacerlo sin su consentimiento.
Pareció que Ace lo comprendió, pues comenzó con un vaivén suave, sin prisa, buscando con calma aquel punto que hacía a Luffy enloquecer. No quería apresurarse pues quería aprovechar cada segundo con su pequeño.

Le tomo unos minutos aumentar su velocidad, siendo su animador, los gemidos suaves que Mugiwara soltaba con libertad. Pronto, su cuerpo chocaba de forma violenta con el contrario, deleitándose de su rostro.
No paso mucho, cuando Luffy volvió a tener aquella sensación en el bajo vientre, anunciando su proveniente orgasmo. Esta vez, Ace sintió lo mismo, el cosquilleo en su vientre solo le hizo aumentar la velocidad de las embestidas.

Ambos rozaron el cielo con las manos, puño de fuego, había besado a su pequeño para acallar su gutural gemido al momento de llegar al clímax de aquel acto. Su esperma lleno por completo la cavidad de sombrero de paja, mientras esté, se había venido entre ambos vientres, manchando a su hermano mayor en el proceso.

Esa noche, Ace mimo a Luffy, le acarició, le beso y le dijo lo mucho que le amaba. Seguramente, mañana desembarcarian en alguna otra parte del país.

— pronto regresaremos a casa - le susurro. 




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