Veía en la pantalla de mi celular las palabras de aquella chica que en su momento fue mia. Derramaba lagrimas sobre la pantalla al darme cuenta de todo lo que tenia y de todo lo que había perdido. En aquel momento una parte de mi quería seguir hablando con ella, mientras que la otra parte quería dejarla libre para que fuera feliz.
Decidí confesarle todo lo que habia pasado, le conte todo, con la verdad siempre de esta forma ella se daría cuenta que no soy alguien que vale la pena.
Cada cinco segundos recordaba su nombre "Angy" rondaba y rondaba en mi cabeza durante todo el día. No quería pensar en nada más, no quería comer, no quería hacer mis deberes, mis trabajos, no quería ir al colegio, no quería estar con mis "amigos", no quería estar solo. No sabia que hacer, en este punto sentí que ella me odiaba y ya no me quería. Pasaban los días y seguiamos hablando cada día a cada hora le pedía perdón por haber sido un imbecil y por haber hecho todo eso ella en medio de su decepción seguia demostrando que aun tenia cariño hacia mi. A lo cual no sabia como reaccionar. A medida que paso el tiempo nuestras conversaciones eran mas tranquilas, como eran cuando nos conocimos.