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Park Jimin, 22 años, Manhattan, NY, EE. UU

Hambre.

Hamburguesas

Pizza

Helados

¡Maldición!

Muevo mi pie de arriba abajo inquietamente mientras muerdo la uña de mi pulgar, tengo nervios, y se supone que pensar en comida me haría dejar de sentirlos, ¡otra gran mentira del internet!

Okay, cálmate, todo está bien, nadie está a tu altura, todo va bien. Sonrío.

Reviso una vez más mi traje, un saco y pantalón azul marino, por dentro una camiseta de manga larga blanca junto con una corbata plateada con un nudo perfectamente hecho, unos zapatos de vestir negros Berluti, un portafolio negro con unos cuantos papeles y mi cabello negro bien acomodado.

Sí, me veo bien.

Me veo excelente.

Me veo...espera.

Otro chico entra a la sala de espera, con un pantalón negro, camiseta azul, unos tenis blancos sucios y una simple carpeta manila con rayones en la parte delantera y algo arrugada.

¿A quién carajo se le ocurre venir a una entrevista de trabajo así?

Intento distraerme observando el entorno.

Una chica haciendo función de recepcionista con un auricular de diadema encima, lentes, saco negro y blusa blanca. Meh, nada interesante que pueda resaltar.

En la esquina se encuentra una planta, una palmera pequeña con algunas piedras en la maseta, regreso mi vista hacia los que me rodean y hay cerca de diez personas sentadas esperando su entrevista, incluyéndome.

Enfrente de mi hay una mesa de caoba, con algunas revistas y un reloj digital parpadeando.

T A R D E

¿Qué?

Con el ceño fruncido me acerqué a la mesa llamando la atención de los chicos ahí presentes, este reloj debía estar jugando.

T A R D E

M U Y T A R D E

D E M A S I A D O T A R D E

-Oigan este reloj está...- volteo a ver para decirles y me encuentro en la habitación vacía.

¿Qué rayos...?

-¿Dónde están todos? - hablé más fuerte

Me senté nuevamente y me percaté que había un oso de peluche en el sofá.

Lo sostuve entre mis manos, era suave, ¿Se le habrá olvidado a alguna niña?

Lo seguí mirando hasta que me sacó la lengua, que lindo.

Espera...

¡¿QUÉ MIERDA?!

Lo aventé lejos de mi y me hice para atrás en el sofá lo más que pude.

El oso se comenzó a levantar y sacudía un poco su cabeza mientras se volteaba y comenzaba a caminar hacia mí.

-¡HAY UN OSO VIVO!, ¡POR UN CARAJO, QUE ALGUIEN ME AYUDE! - Grité lo más alto (y poco masculino) que pude mientras miraba como el oso se acercaba lentamente a mí.

-El tiempo se acaba, Park Jimin- me miraba molesto.

¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO?!

Con las mismas agarré mi maletín y me dirigí al elevador para irme, voltee hacia atrás y el oso no estaba.

¡Es mío!|YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora