Capitulo 2

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Daniela


-¿Dónde estoy?-voltee a todos lados, mis ojos aún no se acostumbraban a un cuarto tan oscuro y mi cabeza dolía bastante.

Lo último que recuerdo es que íbamos hacia la escuela cuando golpearon a mi hermano para cuando lo mire me inmovilizaron poniendo un trapo húmedo en la boca poco a poco mi vista se fue tornando borrosa siendo este mi último recuerdo.

-¿Dani?-sonó una voz muy débil

Las luces de aquel lugar se encendieron.- Por fin ha despertado mi bella Daniela y su hermano.

-¿Quién eres? ¿Porque estamos aquí?

-¿No me recuerdas?-arquea una ceja, y toma mi rostro fuertemente para que lo viera más claramente.

-¡Ella no tiene nada que ver contigo!- Un grito salió de los labios de mi hermano, solo desesperación salió de ellos.

-¿Qué es lo que quieres Armando?- Moví mi cabeza, su agarre me lastimaba.

-Te he extrañado tanto -Suelta una sonrisa fingida- bueno necesito que regreses al negocio.- Muy bien rápido y sin rodeos.

-Yo no sé de qué hablas. - La verdad me hice la estúpida. Era un buen plan si quiero olvidar.

Forme una sonrisa torcida mostrando mi sarcasmo pero esta no duro pues su palma fui impactada sobre mi mejilla fuertemente haciéndome voltear mi rostro.

"Mierda eso ha dolido"

Cuando regrese la mirada al idiota que me había golpeado, mis ojos se encendieron, claro metafóricamente, me encontraba atada por lo tanto no podía siquiera tocar la parte afectada así que solo moví un poco mi quijada tratando de eliminar el dolor.

-Repetiré esto una sola vez.- Posó una mano en su frente en modo de desesperación.- Vas a regresar a lo que eras, a lo que te enseñe a ser, por eso quisiste que te preparada, no para ser una mediocre buscando un estúpido final feliz.

¡Auch!

Debo admitir que ha mejorado con sus insultos.

-Mira idiota.- Trate de recordar el golpe.- El hecho de haberme desaparecido no significa que quiera ser mediocre aunque busque una mísera vida normal. ¡No una donde todos muerden sus colas!

Eso último se lo había escupido en su cara, sí, soy muy mala lo sé. Pero era cierto no volvería a matar gente solo por servirles. Si, lo acepto, soy buena en eso y ¿Qué? Simplemente no le veo lo positivo.

-Daniela, Daniela.- Mi nombre jugaba en sus labios.- ¿Cuántas veces debo recordarte que estas en mi poder? ¿Te recuerdo el trato que hicimos?

"Doble mierda"

-Pero esta vez es diferente mi pequeña Daniela. - Dio dos pasos a nosotros.- Podrás ser libre, te aseguro que si haces esto último podrás vivir la mediocre vida que siempre soñaste.

¿Li-libertad?

-Ella no hará nada que le pidas.- Su voz me saco de mis pensamientos haciéndome voltear, su mirada en el suelo dudoso de cual fuera el resultado.

Estaba tan ensimismada que perdí el pequeño detalle de que mi hermano estaba conmigo. Ambos estábamos amarrados en sillas diferentes con tan solo un metro de separación. Armando lo miro enfurecido.

No, a el no.

-Hablemos ¿ok? Por primera vez seamos personas y no animales.- Mi voz sonó fuerte captando su atención enseguida.- Tú quieres el pedido y yo mi libertad ¿no? Entonces hablemos.

- Bien, hagamos un trato.- Lo directo que era a veces me afectaba.

-Claro pero primero libera a mi hermano y déjalo ir, ni él ni mi familia están metidos en esto.

-¿Y que gano yo? Vamos Daniela tu sabes que nadie hace algo por nada.- Por qué no lo percibí.

- Lo que tú quieras.- Mi familia es la prioridad, yo... ya he vivido lo suficiente.

-Me parece un trato justo.- Tomo su mentón decidiendo. - Correcto, desátenlos y saquen al mal tercio.

Fuimos desatados y corrí hacia mi hermano. El cayó de rodillas y yo me hinque a su altura pero no lo mire.

-Tranquilo.- dije en un susurro, estaba sumamente asustado.- No sé si regresare pero estaré bien, te lo prometo.- Tome su meñique y lo uní al mío.- Dile a mis padres que los amo y que no me busquen diles que yo decidí tomar un camino diferente. Que no se preocupen de mi.- Una lagrima se deslizaba por mis mejillas.

-¿Que has hecho Daniela?- No podía verlo a los ojos no si estaban ya cristalizados.- No te voy a dejar- Su voz sonaba tan firme a pesar del miedo que cargaba.

- Pero entiende, no te estoy preguntando.- Lo mire a los ojos por primera vez, y como pensé ya estaban a punto del llanto, sus lágrimas me destrozarían y me harían dudar así que no tuve opción.- Llévenselo ya.

Mi voz salió tan fría que me desconocía, no lo mire, solo escuche como lo tomaron dos hombres y lo arrastraban a donde yo creía, era la salida.

-¡¡Noooo!! Daniela.......déjenme, suelten me -Gritos, solo gritos se oían de su parte.

Él no quería irse y se resistió hubo forcejeo hasta que por fin salió. Lo perdí de vista y al fin cayo mi realidad, estaba sola, de nuevo, y con la persona más despreciable.


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Angie♡

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