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—Entonces, ¿irás a verlo hoy? —Yoongi sin despegar la vista del computador asintió, Hoseok en cambio se cruzó brevemente de brazos— ¡Vamos hombre! ¿en verdad dejas una salida al mejor centro nocturno, con tu mejor amigo, o sea yo, para ir con él? Yo... —Alzó sus brazos para después dejarlos caer en un acto de exageración—. No puedo creerlo.
Al hombre poco y nada le importaba, conocía a su amigo y sus típicas reacciones, las cuales muchas veces rayaban en lo dramático. Ignorándole continuó atento a la pantalla, el reflejo del aparatejo se extendía sobre los cristales del pelinegro. Cansado, arrojó su cuerpo hacía atrás colocando todo su apoyo sobre el respaldo de la silla de cuero. Ladeo la cabeza y ajustó los anteojos que se le resbalaban por el puente de su pequeña nariz.
—Es su graduación, Hoseok. Además, tú mejor que nadie sabe que detesto esos lugares. —Con voz neutra contestó. Realmente no tenía ánimos de objetar con Jung.
—Ése niño en verdad te tiene loco, ¿no es así? —río socarronamente— Aunque si ya se está graduando, eso quiere decir que pronto dejará de ser el bebé de daddy ¿no?
Min recompuso su postura, estando ya en una posición firme no tardó en fulminar con la mirada al otro. Hoseok sintió su manzana de adán subir y bajar en un santiamén y, evitando todo tipo de contacto con su compañero de trabajo se alzó del pequeño sofá negro.
—Creo que la puerta está por allá ¿sí? bueno... ¡Felicítame a Taehyung-ssi de mi parte! —soltó apresurado antes de desaparecer como el mismo humo del estudio de Yoongi.
Las calles aledañas a la escuela media se regocijaban de movimiento, a pesar de que el invierno aún calaba sobre las calles de Seúl. Familiares entraban con cajas de regalo y hermosos arreglos florales, otros tantos se aglomeraban en la entrada del colegio para comprar por lo menos un decente ramo de flores. Min observaba en silencio con el cigarrillo entre su mano, se sentía tan fuera de lugar en aquél momento, que dudó el porqué de su presencia, aunque pronto, aquellos pensamientos se disiparon al ver a Taehyung con el tan peculiar uniforme amarillo/negro.
Yoongi decidió aguardar parado frente al automóvil. No sabía si el menor se encontraba con sus padres o en compañía de alguien más, por lo que prefirió ser más discreto a la par que terminaba de consumir su tabaco. Sin en cambio, el menor se acercaba hasta él con completa naturalidad y confianza.
—¡Hyung! ¿Qué hace aquí? —preguntó con notable extrañeza y excitación.
El otro sonrió de medio lado mientras botaba la colilla.
—¿No es obvio? Vine a ver que tan bien mi chico lo ha hecho.
Taehyung sintió sus orejas enrojecerse y mirando hacía el suelo asintió.
—Lo he hecho muy bien hyung... —dijo en un tono bajo mientras jugueteaba con sus dedos entrelazados.
