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El concierto ya había acabado. Richard me llevó a su camerino. No había dicho ni una sola palabra desde que me sacó del escenario. Yo estaba sentada en un mueble tratando de no dormir.

Se pasó más de una hora tomando agua y sacándose los sudores, era obvio que estaba nervioso ante mi presencia o porque nuestro beso saliera en períodicos o en toda la Internet.

Se detuvo frente. Parece que por fin iba a hablar.

— ¿Entonces Malena?— Richard se sentó a mi lado—. No estás para nada cambiada, estás igual.

— Físicamente sigo igual, pero Malena Williams ya no es una niña ni tampoco una inmadura.

— No digo que seas una inmadura pero te arriesgaste en medio de la multitud para verme, eso es de locos Malena.

— Tenía que volver a ver al amor— sonreí.

— Sé que quedaste enamorada de mí o al menos te gustaba pero Malena, si antes no podíamos estar juntos menos ahora.

— Cierto, ahora estás más interesado en varias chicas solo por una noche, lo entiendo.

Él se rió como un tonto. Con esa sonrisa que tanto amaba.

— Malena, lo nuestro ya pasó.

— Sí Richard, hace 3 años pasó lo nuestro. Yo no te obligaré a estar conmigo si es obvio que ya ni te gusto.

— No es eso Malena. Es que es algo que no puede funcionar.

— Si sabías que nada de esto iba a funcionar al principio, ¿por qué te acercaste con esa maldita sonrisa tan violable que tienes?

— No sé Malena, solo qué, en ese tiempo me gustabas. Ahora no sé ni que sienta por ti.

— Lástima. Es lo único que sientes por mí. Al ver a la chica que rechazaste hace 3 años y que hoy está frente a ti como una tonta loca por ti.

— No siento lástima por ti Malena. Jamás la sentiría. Te quise mucho, solo qué... Yo no sé si pueda entrar en tu vida.

— Estamos grabados para siempre. Nada nos podrá separar.

— Los tatuajes— sonrió.

— Jamás podría olvidarte. Y si no quieres estar conmigo lo entenderé.

— No sé qué decir Malena.

— Solo llévame a la cama. He estado guardandome todos estos años porque quiero que seas el hombre al que le entregue mi virginidad.

— Es muy lindo todo lo que dices, ¿pero no te haz conseguido un novio o algo así?

— Sí— asentí—. Pero no estoy segura de lo que sienta por él.

— ¿Si tienes novio por qué estás aquí?— parecía molesto.

— Porque soy tu fan tonto. Además me escapé, él cree que eres una tontería. Y le dije, que si volvía a encontrar las cosas entre él y yo terminarían.

— ¿Eso le dijiste?— se rió—. Lástima que yo no sé si quiera tener algo contigo.

— No me importa. Si quieres quitame la virginidad, hazme un hijo y luego te largas.

— ¿En serio Malena?

— Lo que sea Richard. Pero necesito estar contigo al menos una noche. Y no me digas que no.

— Está bien, está bien. Lo pensaré.

— ¿Ya lo pensaste?— insistí.

— ¡Malena!— rió—. Esto es algo muy delicado. Yo no sé si pueda aceptar tu propuesta.

— ¿Por qué no Richard?— había sentido 20 mil balas imaginas atravesar mi débil cuerpo.

— Porque...— se quedó pensativo, no quería decirme nada, dudaba en hacerlo—...me prometí a mi mismo no volver estar contigo, a menos-

— Tranquilo Richard— hice que se callara y tomé mis cosas para irme—. No tienes que decirme nada más, ya lo entendí todo.

— No Malena, no haz entendido nada— me tomó del brazo para que no me fuera.

— ¿Qué es eso que no entiendo según tú?

— No quiero usarte Malena. Si quiero estar contigo, si quiero acostarme contigo tiene que ser teniendo una relación seria no algo de una noche nada más. Te respeto mucho y lo sabes.

— Podemos intentarlo.

— No Malena. Tienes un novio, seguro estás a punto de casarte de él y lo único que yo causar es que se separen y seguro se aman.

— Yo lo quiero mucho a mi novio. Pero para casarme no sé. No estoy segura que quiera formar una familia con él.

— ¿Y conmigo Malena?— se acercó a mí.

— Juro que quiero que seas el padre de mis hijos. Quiero que me hagas mujer, tu mujer y madre de tus demás hijos.

— ¿Qué pensará tu novio cuando le digas esto?

— ¡A la mierda Tommy! Pensemos en nosotros.

— Malena no nos conviene estar juntos. Imagínate si te conviertes en mí esposa, tardaría meses en verme y seguro te aburres de mí.

— Si te esperé enamorada 3 años, ¿por qué no te esperaría en meses?

— No me esperaste, tienes un novio y te vas a casar. En cambio, yo daba la vida por estar contigo.

— ¿Se te pasó ese deseo, verdad? Porque te recuerdo que tuviste una hija. Además, te acuestas con mujeres diferentes casi todos los días.

— No te mereces a alguien así.

— Yo sé que puedo cambiarte. Solo ámame y verás.

— Te amo. Siempre te he amado Malena.

— ¿Entonces por qué no quieres estar conmigo? ¿Tan fea te resulto?

— Eres hermosa mi vida— me toma de la cintura y me apega a él—. Solo déjame pensar bien todo esto. Jamás me imaginé que me toparía contigo en esta vida. Y más ahora cuando uno se entera de muchas cosas. Pero tranquila, yo lo pienso y te dejaré saber.

— De acuerdo.

— Por ahora ya es tiempo de que te vaya a tu casa, no es conveniente que una chica tan linda y hermosa esté a altas horas de la noche fuera de casa.

— Tienes razón, ya me voy. Disfruté mucho el concierto.

— ¡Espera!— volvió a tomarme de las manos—. ¿Dónde puedo encontrarte?

— Me compraste un apartamento Richard, ¿se te olvidó dónde queda?

— La verdad es que sí. Pero haré lo posible por llegar, te lo prometo.

— Está bien Richard, hasta luego.

— Descansa.

Tomé mis cosas y bajé a tomar un taxi. Lo que más quería era echarme en mí cama y llorar, no sé si de tristeza o emoción, aunque tengo tantas cosas en la cabeza que no sé porqué. Solo esperaba que Richard me recibiera de otra manera. Pero bueno, es como digo, para Richard soy solo parte de su pasado.

Después de Todo |Richard Camacho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora