Herida

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Un camino real fue iluminado por las luces delanteras de las patrullas, mientras entraban a la propiedad desolada miraron a unos metros alguien que venía caminando en medio de la calle, más que caminar era arrastrar su cuerpo con un poco de fuerza de voluntad y entonces se dejó caer, las patrullas se detuvieron y dos oficiales salieron rápidamente para ver quien era este, con las armas en mano se acercaron al cuerpo que estaba sobre el suelo, con la ropa desgarrada y se notaban en las muñecas señales de que estuvo atado y venía descalzo, sucio y olía mal. Lo movieron, era un joven, no pasaba de los 25 años. La policía lo levantó con cuidado y lo llevaron a la patrulla, no traían ambulancias, en joven estaba desmayado.

Llegaron a la gran casa, aquellos dejaron las patrullas en el patio y salieron 10 policías todos con armas en la mano, no sabían que era lo que realmente estaba pasando en ese lugar pero sea lo que fuese no era bueno, pedir refuerzos era imnecesario, pues la distancia no les favorecía, solo notificaron donde estaban y la situación por si algo les pasaba. Gritaron para llamar la atención de quien estuviese dentro pero nadie contestó así que rodearon la casa y procedieron a entrar, los primeros dos que entraron por la puerta principal se toparon con aquella desagradable escena de cadáveres mutilados, sangre en el piso y entrañas, era Claudia o lo que quedaba de esta, un muñeco humano en el sofá, aquellos no lo podían ni creer ¿en su vida habían visto algo así? Se miraban unos a otros con sus bocas abiertas aterrorizados, los que entraron por la parte trasera de la casa llegaron a uno de las habitaciones, más cuerpos mutilados y al final a una, estaba cerrada y se escuchaba el sollozo de alguien, todos se reunieron ahí con sus armas apuntando la puerta, el suspenso tenía sus cuerpos dominados, tragaban saliba espesa y seca hasta que uno giro la perilla de la puerta y abrió esta misma empujandola con el pie dejando claro el interior, con las linternas aluzaron el interior llegando a ver a una joven muy maltratada llorando sobre un cadáver, le tenía abrazado con la cabeza de este sobre su pecho mientras ella lloraba sin derramar lágrimas ya, algunos pensaron que era una ilusión o un mal espíritu, cuando la joven levantó la cabeza al ver la luz estos notaron su rostro, se notaba inflamado sabe si por llorar por horas o por el maltrato recibido. Entraron rápidamente para tomarla, no tenía fuerzas para seguir aferrada al cadáver y entonces lo soltó mientras uno de los oficiales la cargaba en brazos para sacarla de aquella casa; el infierno terminó.

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Tegucigalpa 11:00 am

El hospital general había sido siempre de lo más horrible pero ese día por todo Honduras se decía que dos sobrevivientes a una masacre estaban ahí. La DIC había recuperado todo material importante para investigar aquel terrible crimen, los forenses identificaban los cadáveres y trataban de entregarlos a sus padres, río abajo a casi 300 metros de donde surgió la explosión en el paso del río se encontró la cabeza de un joven que correspondía a Alexis, como muchos otros que se fueron encontrando y entregados a sus familias. En el hospital se encontraron Carlos Mendoza el joven panameño cuya familia llenaba casi toda la sala de espera y en otra habitación Ivette Moya que los únicos que entraban a su habitación eran los enfermeros, en ambas puertas de aquellas habitaciones habian policías, ninguno de los dos pacientes despertaba. Carlos traía heridas leves pero se notaban que algunas partes de su cuerpo estuvieron con señales de mutilación eso incluía su pene y testículos, la muñeca derecha y una oreja, la oreja derecha la traía con gusanos y que gracias a Dios no la perdió, una enorme deshidratacion como si hubiese pasado una semana sin provar bocado o agua, Ivette por otra parte estaba mucho peor, los golpes que había recibido eran tan graves que los músculos de sus piernas estaban desgarrado como si le hubiesen golpeado las piernas una y otra vez hasta destrozar el músculo, su cuerpo mostraba quemaduras solares y también otras provocadas por braceros y si hubiese pasado un par de días más sabe y hubiese muerto por inanición, sus labios estaban pegados tan secos que cuando los abrieron la piel se desprendió y sangro, solo el gran deseo de vivir hacia que su corazón latiera, claro que no podía irse nadie de ese lugar hasta que despertarán después de todo eran los únicos testigos de aquella atrocidad. Las habitaciones estaban una frente a la otra, los médicos atendían bien a ambos jóvenes pero murmuraba que Ivette no reaccionaba a los medicamentos, tenia yagada la garganta por lo que no podían darle de comer por sonda, la sonda terminaba de dañar su garganta, tendrían que entuvar su estómago pero aparatos así no poseía el hospital, y sino recibía un alimento más sólido los sueros y demás medicamentos no estaban haciendo nada, sin embargo Carlos reaccionaba a su tratamiento mucho mejor.

Esquizofrenia [Ivette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora