No soy tu príncipe azul- Justin Bieber y Tu. [1ra Temporada]

CAPÍTULO 5

CAPÍTULO 5

“Te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, te “amputo” de mí, sé feliz y no me busques jamás…”

Habia escrito mi ex novio antes de dejarme por la rubia tetona ex mejor amiga mia que ahora era su primetida. Tengo que aclarar que ese chico también era algo “escritor” y realmente fue eso lo que me enamoró de él pero también cabe decir que eso mismo fue lo que hizo que nos separaramos. Él escritor, competitivo y hombre y yo escritora, relajada y mujer…a veces me pregunto si le gustaban mas los hombres ya que en ocasiones lo había pillado mirándole el culo a algún chico, tal vez Kevin era demasiado cobarde como para salir del armario y ahora engañaba a la pobre Mandy como me engañó a mí.

-¿En qué piensas?

Me había sentado con Justin en uno de los bancos de la estrecha calle decorada con arte callejero.

-En un capullo.

Mi respuesta le había impresionado, pues, sus pupilas parecieron agrandarse y apareció una media sonrisa en sus labios ¿de qué se reía el señor Bieber?

-Si es un capullo no merece la pena prestarle atención. Vivimos una vida rodeada de personas que vienen y van y lo mejor es no apegarse a ninguna, pues todas te fallan.

¿Desde cuándo él era tan poético? Y eso era lo que me sorprendía de un personaje como él. 

Justin se llevó el café hacia sus labios mientras admiraba uno de los dibujos en la pared, parecía ser de Acción Poética y decía en letras negras “Contigo hasta el último suspiro”  .

-¿Te gusta?- dije.

-¿El qué?- preguntó.

-La frase.

Lo vi observarla con un poco más de atención, siguiendo con sus ojos las líneas de la pared que formaban palabras.

Y después de unos eternos segundos, abrió la boca, como si fuera a decir algo pero sin emitir ninguna palabra, como arrepintiéndose de sus pensamientos.

-Dilo- le rogué.

-No me quiero enamorar. No quiero decir esa frase de nuevo y no la volveré a decir jamás.

¿Justin Bieber se había enamorado? ¿Él? ¿El chico que parecía haber sido esculpido con hielo? ¿Ese que apenas mostraba algo? Parecía que sí.

-El amor no es malo. Las personas no son malas. La clave es encontrar a alguien con quien hasta aburrirte sea divertido.

-Esa persona no existe para mí. No creo en eso de las “personas ideales” para alguien, no creo que en maldito amor.

Y no me había dado cuenta hasta ese mismo instante de que su mano se encontraba en mi muslo izquierdo y de que la mía se encontraba justo encima de la suya.

-Yo si lo creo. Creo que hay una barrera entre el “amor” y el “sexo con atracción” , creo que cada persona tiene a alguien en este mundo y que si no lo encuentra, esa misma persona y la otra se quedan solas y aun que busquen substitutos nunca llegan a la total felicidad, simplemente viven engañados.

-Usted cree en muchas cosas, seguro que también cree en la felicidad.

-Creo que para ser feliz debes aprender a ignorar muchas cosas.

Justin estaba pensando, pensaba demasiado lo que a veces es malo, muy malo.

Y es que en ese banco en medio de esa estrecha calle en la que apenas la luz podía llegar se encontraban dos personas, una escritora y un empresario que sin saber porque querían saber un poco más de la otra persona, querían saciar su sed de amor el uno con el otro. La escritora quería enseñarle al empresario que él podía volver a amar y el empresario quería enseñarle a la escritora el arte de la seducción.