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Esta vez sí que no habría vuelta atrás, esta era la definitiva según ella. No pensaba dar la vuelta y pedir perdón, el cual llegaría inmediatamente y acompañado de unos regaños junto a un abrazo grupal. No y no. No daría la vuelta, siempre era ella la que tenía que hacerlo, ¿por qué no había una vez en la que uno de ellos lo hiciera? Aunque quizá y lo haría pero ella se les adelantaba, no sabía. Lo que sí sabía era que no volvería.

Sentía como sus ojos comenzaban a humedecerse nuevamente, odiaba sentirse así. Pero siempre terminaba igual. Avanzaba rápidamente por los anchos pasillos del estadio en donde acababan de dar un concierto. Y todo había comenzado por el inocente y alegre comentario de Tae, felicitando a sus compañeros; «Yoongi-hyung, tu rap estuvo increíble en No more Dream, el tuyo igual Hoseok-hyung..» los elogió a todos, hasta que la miró a ella. Ella ya no esperaba nada, sólo miraba su celular, pero prestando atención a Tae, esperando que le dijera algo a ella pero se quedó callado. Aunque Jungkook lo arruinó diciendo.. «Lee-ssi estuvo tan ausente como siempre» 

Eso no la había molestado tanto si es que no fuera porque los demás rieron, y no de forma simpática, burlándose. Eso sí la enfadó. No era su culpa casi no tener líneas en las canciones ni estar al frente nunca. Ella no decidía eso. Namjoon intentó calmar la situación, bromeando igual, pero el problema era que ella no estaba bromeando. Estaba dolida de verdad. Simplemente dijo las cosas sin pensar y salió: «..No es mi culpa haber caído en un grupo de Idols estúpidos.»

Y ella no pensaba eso, al contrario. Los admiraba muchísimo. No sólo al ser Maknae, sino que por cómo eran ellos y cómo son ahora. Estaba orgullosa de ellos. Tampoco sabía porqué había dicho eso. Llevaban tres años juntos. Habían pasado tantas cosas juntos, pero parece que internamente aún seguía molesta con el CEO por eso. 

Ciertamente al principio se había sorprendido mucho de que él la hubiera puesto en un grupo de chicos, considerando que era poco común entre los grupos coreanos, pero se había enorgullecido de haber llegado tan lejos con ellos. Le encantaba. Entonces, ¿por qué lo había reprochado ahora?

No sabía que hacer ahora, ni a donde ir, sólo estaba segura de que no volvería con ellos. No, no y no.

Lamentablemente no estaban en Seúl, si fuese así, se hubiera ido a refugiar a la empresa o simplemente a un hotel. Pero no. Había guardias de seguridad por todo el lugar, los cuales seguramente no la dejaría salir sin autorización de Namjoon o el Manager.

Suspiró y se dirigió a la puerta que decía: EXIT. Debía intentarlo, en eso estaba hasta que escuchó un grito de Jin, desde atrás. Su compañero de cuarto la llamaba, con tono exaltado.

Se giró levemente, él miraba a todos lados. No la había visto. «Mejor subiré»  pensó girando a la izquierda, justo al frente habían unas escaleras y no dudó en subir por ellas.

Afortunadamente no hacía frío, normalmente lo hacía a esas horas de la noche, incluso estando en verano, como ahora, pero no hoy.

Agradeció haber dejado su celular cargando durante el show, inmediatamente se sentó en el piso de la azotea. Puso sus audífonos inalámbricos en sus oídos y se relajó escuchando a Super Junior. No por nada era su grupo K-pop favorito desde que era pequeña.

Comenzó a tararear la canción, hasta que sintió que lloraba y comenzó nuevamente a pensar en la situación.

Sus Hyungs eran unas personas sumamente adorables, lindos y sobre todo amables y humildes entonces, ¿por qué ella se sentía tan mal estando con ellos? No era que le molestaran, en absoluto. Sólo que, si se ponía a pensar, era la más inútil. Y no era por darle la razón a los haters, pero era la verdad. Su voz no era mala, sólo que no estaba al cien de cien vocalizada como la de Jungkook, Jimin, V o Jin. Rapeaba, pero no era suficiente comparada con RM o Suga. También bailaba, pero no servía de nada teniendo a Hobi a su lado. Sus letras no eran malas, pero siempre le avergonzaba que los demás supieran de sus pensamientos o de lo que hacía, por eso las tenía guardadas en un cuaderno, el cual ya estaba por explotar de lo lleno que estaba. 

En los conciertos era la más animada, pero también la que no hacía nada. Cada vez que comenzaba una canción, se iba hasta al fondo según la formación de la coreografía. Tampoco sabía qué pasaría con ella en el siguiente álbum; Wings. Donde Namjoon les dijo que cada uno tendría una canción, completamente individual. Aunque él estaría con ellos para escribirla igual que el CEO. Todos tendrían un tema diferente. Y no sabía si ella también tendría la suya o no. 

Prácticamente era el adorno de Bangtan, y era lo menos que se le podía decir. Porque en realidad era una inútil. Incluso las fans lo pensaban. Quizá lo único "bueno" en ella era su diversidad de Idiomas.

 Hablaba Japonés, su país natal, Coreano (gracias a sus mayores) e Inglés fluído por haber estudiado arduamente con Namjoon como tutor y las influencias con sus abuelos, ya que éstos eran unos fanáticos de viajar en su juventud y se habían dedicado a estudiarlo para poder sentirse comunicados en donde sea que estuvieran.

No sabía cuanto rato había pasado, pero ya comenzaba a sentirse cansada. Sus ojos se cerraban solos y tenía frío. El show había terminado cerca de la una de la mañana. 3:45. Suspiró. Había pasado más de una hora que había peleado con ellos y la música se había detenido.

Se cruzó de brazos y pegó su espalda contra la pared, estirando sus piernas y cerrando los ojos. No iba a bajar, aunque muriera de frío. Sorprendentemente no estaba llorando, sólo tenía la cara húmeda tras haberlo echo. Y sin más se quedó dormida en la azotea. Quizá sus Hyungs piensen que se fue de la ciudad, o eso creía ella.


Dream; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora