Prólogo.

95 16 12
                                    

Herido, perdido, frustrado, su falso "yo" le había ganado mentalmente. Una pregunta sin respuesta yacía vagando en la mente del infante de cabello camaleón, sí, camaleón. Pues este cambiaba de color de vez en cuando en tres tonos diferentes, negro, rojo y como naturalmente nació, castaño, cosa que de un día para otro, cuando sus vidas cambiaron por siempre, este extraño evento dejó mucho de qué hablar entre sus padres y el psicólogo y el médico, quienes no encontraban un diagnóstico alguno para el niño

¿Por qué el? Por que de todas las personas con una vida normal según su punto de vista, quienes vivían felices, niños jugando libremente en los parques, parejas caminando perdidamente enamorados mientras sus manos formaban un fuerte lazo unidas éstas... ¿Por qué este pequeño no tenenía el derecho de vivir como los demás?

¿Acaso la vida le había hecho una mala jugada?

¿Acaso era una excepción de la población normal?

¿Ésto lo convertía en un bicho raro?

Estando sometido a tratamientos psicologicos para resolver el enigma de por qué sus cambios tan repentinos, al niño se le había hecho una aburrida rutina desde sus cortos nueve añitos.

El pequeño Jeongguk, de doce años de edad, quién poseía este extraño fenómeno psicológico desde sus cinco años, se hallaba en su habitación con solo carritos de juguete, su Nintendo ds y donde más se la pasa, en una pequeña cama de colchón viscoelástico. Ubicado en su cama, el infante gateó hacia la ventana donde se infiltraba la luz natural que cegaba sus ojitos en cada despertar, se arrodilló frente a ésta y cruzó sus pequeños brazos en la repisa de madera, contemplando así la puesta del sol.

Un concierto de maravillosos colores con tonalidades rosaceas amarillentas y narajanadas adornaban el vivo azúl cielo. El cabello de Jeongguk cambió lentamente de negro a un castaño claro, lo que significaba que volvía a ser él de nuevo, pero por alguna razón, no le molestaba esta "personalidad" que tornaba su cabello de color azabache. El ahora castaño suspiró tranquilo cerrando lentamente sus ojitos.

–Gracias, Hobi...– formuló el pequeño azabache con una pequeña sonrisa.

Pero... ¿Quién era Hobi?





Hola chiquitos! Como ven este es mi primer fic y me es gracioso porque la historia me la venía ideando desde hace dos días y pues, no pierdo nada con escribir este prólogo dejando ya una pizca de misterio, soy una persona de dejar en duda siempre así que tal vez me odien, tal vez me amen y se quieran casar conmigo 7u7r (ahrno) ¡Corten! *peeeep*.

Como les venía diciendo, aunque el prólogo fue cortito con unas 357 palabra nomas, lo hice con la intención de venirles con misterios que yo solo MUAJAJAJAJAJA *peep*.

Sin más ni menos, me despido, disfruten de esta linda y suculenta historia que les viene y agarrense! (Ya pues, esta vaina va a terminar siendo más larga que la misma historia).

BYES!♥

Double ⇢ 뷔민국Donde viven las historias. Descúbrelo ahora