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Las instalaciones de la academía Starlight eran completamente iguales a como se habían mostrado en el folleto. Los grandes edificios que mantenían la apariencia de completamente nuevos, junto con los bellos jardines perfectamente cuidados que parecían sacados de alguna revista solo provocaban que su corazón latiera emocionado. Rápidamente, bajó del vehículo en el que, minutos antes, se había sentido tan opresada, soltando un liberador suspiro al aire y estirando sus brazos con furtiva emoción.

-Al fin.Sentía que iba a morir si nos quedabamos un minuto más allí adentro- comentó la joven de cabellera naranja, al mismo tiempo en el que peinaba de forma improvisada su despeinada cabellera. La rubia rió por su bastante exagerado comentario, además del hecho de que había pasado "descansando los ojos" (como bien lo llamaba) durante todo el camino, mas se abstuvo de hacer comentario alguno que pudiese molestar a la ya estresada joven que la acompañaba. Haruka, a un costado, no paraba de tomar fotos de la academía que se levantaba frente a ellas junto a rápidas risas que soltaba junto a cada una de las imágenes que repasaba, y Mahiru, completamente calmada, solo observaba desde una distancia prudencial.

-Antes de que comiencen a preguntar. Sí, la academía a sido así desde sus inicios. No, ahora mismo no pueden ir a recorrerla, tendrán que esperar un poco. Sí, iremos a ver a la directora. Y, No, por más que quieran ver las instalaciones, deberan esperar hasta informar de su llegada.- habló el joven de traje formal, cuyo semblante era completamente serio y cuyo tono de voz demostraba lo cansado que se encontraba en aquel momento. A pesar de que había dirigido su sermón en plurar, estaba completamente convencida de que las palabras iban dirigidas explícitamente para la más joven del grupo, quien reaccionó con un puchero y una rápida queja que fue silenciada por Naoto-sensei y su devastadora mirada inquisitiva.

-Vamos, Naoto. Las chicas solo quieren conocer un poco de la magia de Starlight- habló el hombre castaño, mientras cargaba algunas de sus maletas entre sus manos, posicionandolas en la misma y poco circulada vereda. Haruka, quien se había concentrado en suspirar desalentada cada minuto, asintió emocionada ante la frase dicha por el hombre castaño, con una obvia admiración en sus ojos. Ambos hombres comenzaron a discutir por unos minutos en voz baja, tratando por todos los medios de que ninguna de sus oraciones fuese escuchada por alguna de ellas, mientras al mismo tiempo argumentaban de forma tonta cada uno de sus comentarios, antes de que una voz los interrumpiera.

-Veo que ya están aquí.- cada palabra fue dicha de forma calmada y completamente pulcra, mientras que la mujer de cabellera castaña caminaba tranquila hacia el lugar en donde ambos hombre habían estado discutiendo segundos antes. El mayor comenzó a sudar frío apenas sintió la presencia de la mujer mientras el joven de gafas a su lado no mostraba ninguna emoción latente.

-¡Madre de la academía! Que...sorpresa- habló el hombre de cabellera castaña notablemente incómodo, mientras se escondía detrás de su compañero de cabellera negra quien se limitó a suspirar ante la cobardía de su par. La mujer mostró una sonrisa ladeada antes de dirigir su mirada hacia el grupo de estudiantes que no pudieron evitar sentirse ligeramente intimidadas ante el ambiente que las rodeaba.

-Ustedes deben ser las estudiantes de la academía Yotsuboshi, bienvenidas- sonrió amablemente, provocando que el peso intimidante sobre su espalda, desapareciera por completo, junto a un suspiro de tranquilidad que se escapó fuera de sus labios.

-Un placer. Soy Kasumi Mahiru, y ellas son mis compañeras de grupo, Nijino Yume, Saotome Ako y Ruka Haruka- cada una realizó una rápida reverencia apenas su nombre fue nombrado por la joven de ojos violacios con ligeros tonos de ámbar.
La mujer sonrió abiertamente ante aquella rápida presentación, antes de volver su mirada a ambos adultos, quienes se mantenían estáticos a un lado, sin mediar palabra alguna, lo cual le provocó una ligera risa a la mujer.

-Vamos a mi oficina, podremos conversar más tranquilamente en ella- finalizó entonces la mujer, antes de dar media vuelta sobre sus talenos y comenzar a caminar. Rápidamente, las miembros de S4 tomaron su equipaje y se apresuraron a seguir los pasos de la mujer castaña junto a ambos adultos pisándoles los talones, y hablando entre ellos en murmuros incómodos.

-Estoy muy contenta de que hayan pensando en nuestra academía por sobre todas las demás...- la voz prominente de la mujer por sobre el silencio de la caminata, se escuchó claramente en cada uno de los oidos que la seguían. La rubia se sorprendió ante la afirmación y miro a sus compañeras de forma incomoda, pidiéndoles con la mirada que ninguna dijera nada sobre el hecho de que "ellas" habían elegido la academia. La directora, al no escuchar respuesta, continuó -Pero hay un par de problemas que pueden ser inconvenientes directos sobre sus estadía aquí. Conversaremos de ello en mi oficina-

Aquello no le daba una buena espina a Mahiru, quien enarcó una ceja ante la expresión, pero evitó cualquier comentario antes de que pudiesen hablar al respecto, después de todo, acababan de llegar, y arruinar su primera impresión en un lugar diferente solo les traería problemas en el futuro. Suspiró irguiendose sobre sus talones y continuó caminando junto a sus otras tres compañeras, quienes se encargaban de mirar cada detalle de la edificación del lugar.

Las exclamaciones de sorpresa por cada una eran imposibles de evitar. Cada lugar parecía traer una vibra totalmente diferente al de la anterior sala, y solo demostraba la perfecta estructura que recorría la academía. Las estudiantes caminaban ajenas a lo que sucedia a su alrededor, algunas tomando su tiempo libre para leer un poco mientras otras, se concentraban en entrenar sus puntos debiles. Para Yume, ver tantas idols que jamás había tenido la oportunidad de conocer, le era enteramente mágico y desconocido, en el buen sentido.

-Por favor, tomen asiento- habló amablemente la mujer de pálida tez y profundos ojos azules, mientras, caminaba hacia el escritorio al cual parecia acomodarse cada dia. 

Estrella de Tres Puntas [Aikatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora