Pieces of heaven;Chenbaek

Grease

Fantástico.

No sabía donde estaba, mi moto se quedó sin gasolina y no tengo un móvil con el cual llamar a nadie que conozca.

Lo único que había cerca era una cafetería ambientada en los 50 de lo más cursi, por lo que me resigne a entrar.

Una canción, la cual pertenecía a esa famosa película llamada Grease, inundaba el espacio, tanto las paredes como los sillones eran de color pastel lo cual hacía daño a mis ojos.

No había mucha gente lo cual es comprensible, ya que era bastante tarde para desayunar además de tratarse de un atareado miércoles.

Debía buscar un teléfono y llamar a alguno de mis amigos para que me recogiera, aunque no supiera explicar mi ubicación.

Cuando localicé el único teléfono del recinto, corrí hasta el, no quería perder mucho tiempo en este lugar que dañaba mi virilidad, aunque un pequeño rubio se me adelantó.

Me acerqué a el y pude ver como marcaba pero nadie respondía, provocando que este pateara el suelo con sus botas de tacón.

Colgó mientras suspiraba, girándose sobre sus talones, dandome la cara.

-Lo siento, pero por lo que veo el teléfono no da señal.– Dijo con voz suave aunque irritada.

Fantástico, de nuevo.

-Parece que el mundo me odia.– Susurré para mí.

-Si necesitas ir a algún sitio podría llevarte, debo ir al centro de todos modos.– El rubio volvió a hablar, por lo cual alcé mi mirada a el, dándole más importancia.– Se qué no me conoces pero he visto como arrastrabas tu moto por ahí y no parecías extremadamente feliz por ello, tampoco muy seguro de tu entorno, me llamo Byun Baekhyun, por cierto.

Extendió su mano hacia mí, mientras me sonreía de manera prepotente.

Su pelo rubio estaba desordenado, sus ojos estaban maquillados de una forma muy poco natural, pero que los hacía muy atractivos y atrayentes. Su atuendo parecía sacado de la misma película de la cual esta cafetería estaba inspirada. Un choker negro rodeaba su cuello, para ser exactos toda su ropa era negra, exceptuando su extravagante chaqueta de cuero rosa con la palabra Ángel en ella.

No iba a mentir, era precioso y emanaba un aura peligrosa la cuál me atraía bastante.

Sonreí de la misma forma, aceptando su mano.

-Soy Kim Jongdae y me vienes muy bien, bonito.