Look into your eyes, butter-butterflies
Me levante con un fuerte dolor de cabeza, gruñendo por lo bajo mi mala suerte, no volvería a beber de aquella manera de nuevo, lo cual en el fondo para algunos sonaría a mentira, pero no era una chica de ir por la vida, bebiendo hasta quedar echa mierda (disculpen la expresión, pero no tenia otra), pero no tenia otra manera de celebrar mi ultimo día de las vacaciones de verano.
No estaba tan emocionada con el regreso a clases, de todas maneras, ¿A quien le puede emocionar tal cosa? Claro, conocía a una persona, la cual no dejaba de cantar tan fresca como una lechuga por los pasillos, mi insoportable primita. Con la cual llevaba compartiendo el mismo aire desde hace diez años, sus padres tomaron la decisión de dejarla con los míos, al estar tan sumergidos en los negocios familiares, no podían dedicarle el tiempo y el afecto necesario.
Pero eso no provocaba ni una ligera simpatía en mi hacia ella, era insoportable las veces que mis propios progenitores, me restregaban en la cara, que no era la hija que ellos quisieran, que debía ser más como KyungSa, que debía vestirme como KyungSa, que... En fin, que fuera un clon de mi prima.
Solté un suspiro exasperada, dejándome caer de nuevo en las acolchadas almohadas, tenia pensado retomar de nuevo, mi sueño de belleza, hasta que repentinamente comenzó a sonar el timbre de mi teléfono a un costado de mi cabeza. Maldije hasta las profundidades del infierno a quien tenia el atrevimiento de llamar tan temprano (para mi).
A penas me alce un poco con una de mis manos, mientras la otra tomaba el infernal aparato, pasando el dedo por la pantalla táctil, para contestar.
—¿Qué coño quieres? Y por favor, que sea importante —gruñí notablemente molesta, no estaba de humor para tonterías y no pude contener el nuevo gruñido que salio de lo bajo de mi garganta, al escuchar la cantarina risa al otro lado de la linea.
—Parece que alguien se ha despertado con el pie izquierdo.
Tan solo vire los ojos ante aquella afirmación, respondiendo con una exhalación de frustración, dispuesta a insultar a mi mejor amiga, pero esta volvió a retomar la palabra demasiado pronto.
—Tranquila pequeña fiera, solo quería avisarte que voy a pasar por ti para ir juntas al ISAS y no tengas que pasar por la tortura de estar con Voldemort Girl.
Ahogue una pequeña risa, al escuchar aquel monte que le habíamos puesto a mi prima, al ni siquiera soportar escuchar su nombre, ya tenia suficiente con mis padres, nombrándola a cada rato.
—Entendido, estoy lista en treinta, nos vemos en una hora —Informe, ligeramente más animada.
Luego de una corta y rápida despedida, bloquee la pantalla, dejando el aparato donde momentos antes lo había tomado, levantándome de un salto de la cama, fui directo al cuarto de baño de mi habitación, quitándome la ropa de piyama en el camino junto a la ropa interior, la cual deje a un lado, antes de adentrarme en la ducha, abriendo la llave del agua fría.
A diferencia de las demás personas, disfrutaba de un buen baño con agua helada, sintiendo como de a poco la tensión en mi cuerpo junto a la migraña se iban, dejándome en un estado de profunda relajación, lo que necesitaba.
Tal y como había dicho, no me tarde más de treinta minutos en estar lista, vistiendo con unos jeans algo ajustados con rasgaduras por las rodillas y un poco arriba, en los muslos, una blusa holgada blanca, que dejaba a la vista uno de mis hombros, calzando unos botines negros con tacón corrido y tachuelas doradas por las trenzas. Mi cabello castaño que se iba degradando en un tono más claro hasta las puntas en un tono rubio platinado, caía en cascada por mi espalda con ligeras ondulaciones. Por ultimo, dibuje una fina linea por el contorno de mis ojos, resaltando el color almendrado de los mismos, siendo estos apenas cubiertos por algunos mechones de cabello, al tener un fleco de lado.
Tome mi mochila de cuero, guardando todo lo indispensable, teléfono, cartera, bolso de maquillaje, audífonos y golosinas, no tenia que preocuparme por las maletas, estas ya seguro estaban en mi habitación en el ISAS, un reconocido internado de artes de Seúl, uno de los mejores a nivel nacional y mundial, se valía destacar. Cursaba ya mi quinto año, todavía me faltaba otros tres, pero podía vivir con eso. Siendo el arte una de mis pasiones más destacable, siendo la principal, mi infinito amor hacia la música y el baile, esperaba algún día ser un reconocida compositora y bailarina.
Ya con todo listo, emprendí mi andar, saliendo de la habitación que no vería durante nueve meses y no podía estar más feliz por eso, era cierto que no me sentía nada emocionada por el regreso a clases, pero al mismo tiempo si, solo por volver a mis clases de música y baile, las demás materias eran como una pequeña tortura, a pesar de tener buenas notas, me parecían demasiado aburridas.
Mientras bajaba por las escaleras en forma de caracol, no pude evitar escuchar las risas provenientes de la cocina, seguro habitada por mis padres y mi prima, siendo sincera, no tenia muchos animo de saludarlos, pero tampoco podía ser una mal educada, no dejaría que hablaran de eso a mis espaldas.
Dejando un suspiro en el camino, cruce por el umbral de la puerta de la cocina, encontrándome con la clásica imagen de la familia perfecta, ninguno se había dado cuenta de mi presencia, hasta que estuve lo suficientemente cerca y tome una de las manzanas que había sobre el mesón.
—Oh, buenos días, BaeJin —escuche como me saludaba alegre mi prima, deteniendo por un segundo su accionar. Estaba cortando unos cuantos panqueques, de los cuales, era obvio, yo no iba a comer, no es que me importara.
Sonriendo con cierta ternura (la cual yo no me creía) estirando sus labios en forma de corazón y entrecerrando apenas sus enormes ojos, los cuales, más que tiernos, me daban miedo, nunca entendí que es lo que tanto le veían mis padres. Oh si, su cara de buena y virginal niña, pero yo conocía más de ella, de lo que pensaban.
Le devolví el saludo con una media sonrisa, aguantando las ganas decir algo ofensivo, al notar que mis padres seguían pasando de mi presencia. No podía ignorarla, porque seguro si me prestarían atención, pero solo para regañarme de que no debía tratarla mal. Bah.
—Buen día. Ya me voy, Dae, me debe estar esperando. Nos vemos —finalice, no esperando respuesta alguna, antes de salir de allí, hacia la entrada de la casa.
Sonriendo con cierto alivio, al ver que mi mejor amiga, Kim DaeHee, ya se encontraba ahí junto a ChanYeol en el auto de este ultimo.
Por fin estaba con personas que de verdad me apreciaban y se preocupaba por mi, me subí de un salto en el descapotable, acomodándome en los asientos traseros.
—Hola preciosa, ¿lista para un nuevo año lleno de locuras y diversión? —la gruesa voz de ChanYeol, solo pudo sacarme una sonrisa aun más grande, antes de responderle.
—Pues claro Channie, ¿Qué esperabas? Siento que este año será muuuy emocionate, para todos.
—Oh solo te has fumado una buena, mi querida amiga —me corto Dae, provocando que todos soltáramos una estruendosa carcajada.
Seguimos hablando sobre lo que nos depararía este nuevo año, a demás de bromear sobre la horrible cara de algunos profesores, imitando las voces y gestos de estos, mientras ChanYeol conducía con una sonrisa siempre colgando en sus labios.
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Good Luck [EXO]
Teen Fiction[Historia Original] – [Personajes - EXO] Advertencias: Contenido no apto para todo público. Gender Bender. Existen diferentes tipos de amores, relaciones y conflictos. Kim JongIn, vivía y adoraba el más masoquistas de todos, donde no importaba lo...