Rosas Para el cielo

Cae el Telon

-Buenas noches a todos- Mariela se pone de pie y me pide hacer lo mismo a su lado, a duras penas lo hago, no entiendo que trama- Mi esposo y yo tenemos una noticia increíble que darles a todos- Toma mi mano, Aún no se de que está hablando- Estamos embarazados-

algo dentro de mí se rompe, todo cae en pedazos y la furia toma partido.

Todos se pararon a saludarnos y dentro de mi solo se inició un incendio, Todo se nublo en mi y decidí que dejaría de pensar en las consecuencias y actuaría ahora.

-Maldita mentirosa-escupi contra Mariela, sin pena, con odio, con furia y lleno de decisión- Ese bebe es de cualquiera menos mío- Ella comenzó a llorar y ha hacerse la víctima mientras abrazaba a su madre.

-Pero bestia como se te ocurre hablarle asi a mi hija- Su padre enfurecido a grandes pasos fue a hacerme frente- Explicate antes de que haga algo que lamente-

-Con mucho gusto- Saco de mi maletín las fotos dónde está Mariela con su amante y las tiro al pecho de su padre- hay tiene la explicación que quería, Su hija es una zorra que hace más de 2 meses me engaña con su entrenador personal, en mi casa y en mi cama, no dije nada por que su hija desde el momento en que nos casamos no causa nada en mi mas que pena, por que ella solo es parte de esta red de planes que solo hacen mas ricos a los patriarcas de estas familias, pero esto se acabo, por que con esto es más que obvio que el matrimonio queda nulo- Mire como Mariella camino a mi encuentro y vociferó palabras que solo hicieron que carcajadas salieran de mi.

-Tengo casi 4 meses de embarazo, este bebé es tuyo- Carcajadas y más carcajadas salieron de mi- Que es tan gracioso- Preguntó la Ilusa.

-Recuerdas que en la noche de bodas no cumpli contigo, ni lo hice hasta que pasó 1 mes después de la boda?, eso es porque justo una semana antes de la boda fui a hacerme la vasectomia, Adivina quien no te puede dejar preñada ni aunque quiera, pobre ilusa, si encima de eso usaba preservativos a montones, de mi no quedaste embarazada, ese bebe no tiene nada que ver conmigo- Mire como su teatro de desmoronaba.

-Pero- la detuve en seco.

-No hay pero que valga, busca al padre de tu hijo, basandome en lo que dice el prenupcial te informo que no te toca ni un centavo de mi dinero, ni ninguna de mis propiedades y a partir de ahora tu y yo no somos marido y mujer, debiste firmar los papeles del divorcio y aceptar los 7 millones de dólares que te ofrecí en la oficina, ahora te vas sin nada y todas estas personas- Dije mientras giraba en la habitación- Saben que no eres más que una prostituta bastante cara y fina.

Solo murmullos se escuchaban en la habitación, Mariela estaba frente a mi, inmóvil y fría como estatua sin saber que hacer ni decir, su padre tomó su brazo y el de su madre y sin mas que decir se fueron de hay, mire a mi familia, nadie decia nada, pero entre todos mis familiares, alguien se puso de pie.

-Como siempre, mis predicciones eran ciertas- Mi abuelo, fundador de la empresa y la persona a quien más respeto de esta sala tomo la palabra, su voz hizo que todos callaran- Alejandro, eres mi nieto mayor y mi mayor orgullo, cuando supe de tu matrimonio, me opuse, no solo por que no confiaba en la familia BlackWell, si no tambien por que sabia que tu corazón Le pertenecía a Julieta Belmont, Gianmarcos-llamo a mi padre quien se acercó a él.

-Si padre-

-Tenemos un puesto de presidente ejecutivo en Londres no es así- Mi corazón dio un vuelco, seria posible.

-Si padre, pero no estaras pensando- mi padre para de repente ante la mano alzada de mi abuelo.

-Alejandro, en este instante frente a nuestra familia, te entrego las acciones que cuando yo muriera serán tuyas, incluidas aquellas reservadas para tus hijos, te nombro presidente de nuestra sucursal en Londres y como me parece que mi hijo es incapaz de liderar esta familia, anuncio ante todos ustedes que mi Nieto Alejandro Nicolas Andersen Piccolini recibira al momento de yo morir el 50 por ciento de la empresa familiar, convirtiéndolo así en inversionista mayoritario y patriarca de los Andersen-se acercó a mi, aun estoy inmóvil en mi apuesto- Alejandro, tu llevaras a esta familia por el camino correcto, pero antes de ello, ve por ella- me sonríe- tienes todo mi apoyo incondicional- me abraza- Tu abuela estaría muy orgullosa de ti.

Entre lágrimas de sorpresa abrazo a mi abuelo, mi gran mentor, Mi gran ejemplo, el único que me apoyó siempre.

-Esto no es politicamente correcto-Mi Padre vocifero- Sabes que nadie acepta esta entrega de poder forzoso, me niego a aceptarlo-

-Muy bien entonces no me queda más remedio, Te despido- Mi padre palideció- Obviamente sabes que eso significa que quedas fuera del patrimonio familiar verdad- mi padre se sentó pálido de miedo- A no ser que aceptes lo inevitable, en cuyo caso aceptaré colocarte en un papel que puedas desempeñar sin tantos problemas- Mi abuelo toma su bebida y se dirige hacia Paolo nuestro chofer- que preparen todo para que mañana a primera hora Alejandro parta a Londres por favor- dijo en un tono suave, mientras nadie de las más de 10 personas presentes se atrevió a cuestionar nada mas.

-Si señor-

-Alejandro ven a mi estudio inmediatamente por favor-

-Si- la vida había vuelto a mi, Mi corazón estaba lleno de calidez pero a la vez mientras caminaba tras mi abuelo a su estudio, sentía que lo que venía de ahora en adelante no sería tan fácil como esperaba, algo me decia, que esta solo fue la primera batalla y que la guerra seguía.

New york no muy lejos de hay

El trayecto a la casa de mi familia fue un calvario, comentarios despectivos, de odio, furia y verguenza, solo es blasfemaron mis padres, sin embargo yo estaba preparando un plan, Alejandro no sabía con quien se había metido, haría su vida un infierno. No sabe de lo que soy capaz.

Entró a la que era mi habitación, está limpia y llena de recuerdos que me importan poco, sabía exactamente quién era el padre de mi hijo y no era un burdo entrenador personal, el padre de mi hijo era Rodrigo Spinnielo, el  muy rico mafioso dueño de la cadena de hoteles más próspera de Estados unidos, sabía que él se haría cargo de nuestro hijo, Yo era su obsesión y también sabía que si se lo pedía, mataría por mi a cualquiera que se atreviera a hacerme daño y Alejandro, me había hecho mucho daño.

Entre a la tina mientras pensaba en el infierno que desatará en las vidas de los Andersen y en la vida de Julietta, Nadie escaparía de este infierno.

Londres, Salon de presentaciones, J&M.

Todo había sido un éxito, todos alabaron mis diseños y los comentarios positivos estaban en todas partes. Me sentia excelente, tome mis cosas y me dispuse a pasar al salon de fiestas donde almorzará con mi equipo para celebrar esta victoria, me sentía enormemente agradecida con todos, Mi hermana Mónica estaba a mi lado feliz, esta empresa nació de la idea de nuestra madre y ahora bajo nuestro mandato era un imperio exitoso, no podía pedir nada más para ser feliz y aunque el vacío de Alejandro era evidente, era opacado por mis grandes logros en otras áreas, todo era perfecto.

Al terminar mi dia, me despido de todo y me dirijo con Patrick a mi amada Villa Rose, hoy tenia que terminar los preparativos para el nacimiento de mi amada Rosaline Amelia, quien llegaba pronto a mi vida.

Pase por varias tiendas y luego a casa, nunca serían suficientes vestidos blancos y rosas para ella, ni demasiados peluches, ni muchos accesorios.

Deje las compras en la entrada, la señora Catalina sabría cómo administrarlos, solo fui al cuarto con mi última adquisición, un hermoso unicornio de peluche blanco con tonos pasteles, entre al cuarto de mi princesa, un hermoso bosque encantado, lleno de pinturas hermosas y colores suaves, puse el unicornio en su cuna, una belleza de plata y sándalo, tallada a mano con diseños de rosas, y puse el peluche hay, encendí su pequeño móvil, que era de hadas y pixies, me deje llevar tarareando por las canciones clásicas de disney tocadas con esa melodía coral suave, me recoste en la cama que seria mi descanso al nacer mi princesa y con la suave música quede sumida en un profundo sueño.

No sabía que mi vida se volvería un infierno en vida, a pesar de toda la paz que podía sentir ahora.