Gritos Silenciosos *EDITANDO* [Harry & Tú]

Cuarenta y Nueve:

Capítulo Cincuenta: 

Una semana había pasado desde que empezó el Where We Are Tour, las chicas gritaban de emoción y lloraban cada vez que Harry y los chicos sonreían. Me sentía más que orgullosa de Harry había progresado demasiado y se lo notaba más que feliz y contento. 

—Suerte cariño— le dije dándole un acalorado beso en sus perfectos labios en forma de corazón y él sonrió rompiendo el beso. Salí para ir detrás del escenario e irme a la primera fila junto a otras chicas, y de paso llevé una botella grande de agua y una caja de galletas que había en el bufet que servían en cada concierto. 

Las chicas estuvieron toda una tarde acaloradas y esperando a Harry, es lo mínimo que podría llevarles. La cuenta regresiva estaba terminando y las fans de Harry lloraban a más no poder esperando la llegada de mi chico. Me acerqué a la primera fila y empezaron a llorar mientras saltaban de emoción

—Hola— saludé mientras me introducía en la fila junto a ellas, empezaron a gritar de la emoción y les tendí el agua mientras tomábamos un poco cada una del sector. Harry estaba entrando y ellas saltaron en su lugar emocionadas y consternadas pero cuando empecé a comer la galleta sentí asco y a la vez nauseas, mi estómago se revolvía y sentí como un nudo en la boca del estómago, la bilis subió en mi garganta amarga y me fui por debajo de las vallas para poder ir de nuevo detrás del escenario. 

—¿__________________?— me llamó Cristofher, no le pude contestar y cubrí mi boca con mi mano para no largar el vómito y me fui al baño del camerino de Harry y me puse de rodillas mientras expulsaba el líquido ardiente, me sentía débil y sin fuerzas. Pude ver a Cristofher en la puerta del baño y sostuvo mis cabellos mientras seguía vomitando como nunca en mi vida. Até mi cabello con una coleta mientras sostenía mi cabeza—¿Necesitas algo, ______? Puedo traerte agua si quieres— 

Asentí—Por favor— dije sin fuerzas lavé mis dientes con el cepillo y crema dental mientras me acostaba en el sillón acolchonado del camerino de Harry, me dolía detrás de mis ojos como nunca y ardían como en llamas ardientes. Cerré fuertemente los ojos mientras pasaba mi brazo por mis ojos. Respiré profundamente y cuando estaba a punto de caer en sueño, otro revoltijo en mi estómago me hizo levantar rápidamente para expulsar nuevamente el vómito en el wáter. Malditas galletas y sándwiches, hoy comí como nunca en mi vida, me debió caer mal. 

Me miré al pequeño espejo y estaba en un color amarillento pálido, me veía del asco. Restregué mis ojos mientras tosía fuertemente, la puerta se abrió y pude ver a Cristofher junto a la mamá de Harry. 

—Cariño, estás descompuesta— dijo mientras me guiaba hacia el sillón para acostarme y de paso traer una manta y cubrirme con ella. 

—Comí demasiado, siento que voy a explotar— dije con cierta pena, no acostumbraba a los cuidados a menos que sean de Harry. La bilis amenazadora subió de nuevo con furia a mi garganta 

<Por favor, que no vomite de nuevo, no otra vez> pero los santos y mi petición espontanea no fueron escuchadas, me levanté como un rayo nuevamente del sillón y me puse de rodillas al wáter y empecé nuevamente con el vómito. Anne acariciaba mi espalda mientras soltaba el líquido de mi estómago y la puerta se abrió rápidamente.

—Princesa— Harry se puso de rodillas al lado mío, mientras acariciaba mi espalda.

—¿Qué haces aquí? — pregunté levantándome como pude y lavar mis dientes—Ve a hacer el concierto, luego hablaremos—

Me miró dudoso mientras fruncía el ceño—¿Estarás bien? —

—Mejor que nunca. Ve— le dije mientras depositaba un beso en su mejilla y lo miraba enternecida, el sonrió y se fue corriendo nuevamente. 

—¡Te amo! — gritó desde el corredor. Salí para asomar mi cabeza y verlo sonreír.

—¡Te amo mucho más! — 

Entré sonriendo nuevamente al camerino y pude ver a Anne sonriendo y negando con la cabeza, me ruboricé mientras me acostaba nuevamente. El sabor amargo seguía todavía a pesar de que lavé mis dientes. 

Charlé con Anne mientras me iba poniendo mejor poco a poco, me agradeció por poner en la cara de su hijo una sonrisa radiante y hacerlo feliz todos los días y luego de que me diera un beso en mi frente se fue y pude dormir hasta que se acabase el concierto de Harry en España.