Prologo

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Ardu Alaliha... Tierra de dioses.

Hace mucho mucho tiempo, en los tiempos en los que dioses y humanos coexistían juntos en armonía, donde los dioses hacían de él lo que su voluntad deseara.

Había 3 dioses muy especiales...

Najam Alnaar dios del sol.

Arnab Alqamar dios de la luna.

Jamal Muthir diosa del amor y la belleza.

Najam era un dios alegre, divertido, coqueto y caprichoso, un dios que a pesar de sus responsabilidades se tomaba el tiempo para relajarse y divertirse, era la oveja negra entre todos los dioses, puesto que no le gustaba seguir las reglas y amaba los juegos y las apuestas, las cuales más de una vez lo habían metido en problemas.

Arnab, por otra parte; era un dios serio y enfocado en sus responsabilidades, alguien quien seguía las reglas y no cuestionaba lo que le decían, sin ningún interés por el romance y todo lo relacionado con él, dotado de una extraordinaria belleza y delicadeza, codiciado por muchos, pero perteneciente a solo uno.

Jamal era una diosa muy diferente de las otras, era dulce y compasiva, así como altruista y desinteresada, de una belleza incomparable y un corazón noble; jovial y además muy alegre y traviesa, siempre metiéndose en problemas...

Estos tres amigos tenían una amistad tan fuerte que cualquier otro dios o mortal hubiera visto, su lazo era inquebrantable, unidos siempre y jamás separados, solamente los tres, solamente juntos...

Ingenuamente pensaron que sus vidas continuarían así por el resto de la eternidad...

Porque gracias a ellos, la historia daría un giro muy inesperado, donde la aventura y el romance, serían los protagonistas.


Ardu AlwafraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora