La luna y las estrellas.

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Son las 10:00 de la noche, está frío el ambiente, a pesar de que tengo mi chaqueta gris y mi gorro rojo éste frío invade hasta mis entrañas.

Pero qué hago a estas horas. Simple, trabajo vendiendo masas asadas de maíz esperando que me den la miserable paga de 600 pesos. Sin embargo no estoy sola, mi hijo me acompaña, siempre me es fiel a pesar de cuanto frío haya o cuanto sol invada, está ahí sin falta.

Tengo su fiel compañía pero me siento sola porque no habla mucho a pesar de que ya tenga edad, para ser exactos 16 años, en esa edad debería tener muchas historias por contarme, pero tristemente no las hay, en su escuela lo discriminan solo por ser negro.

En las tardes debería salir a jugar con sus amigos un partido de fútbol como cualquier otro niño de su edad pero al contrario prefiere quedarse aquí conmigo viendo como los autos pasan y dejan una gran nube de humo gris, en la noche debería hacer sus deberes tranquilo en su cuarto pero no lo hace gusta más estar en este frío haciendo sus deberes mientras me hace compañía.

Me pregunto por qué prefiere estar afuera acompañándome en mi trabajo a pesar de los diversos climas que hay en un día, que estar vagando libremente y alegre por la calle sin ninguna preocupación.

Entre tantos autos que pasan escucho una voz entre cortada y es la suya que me cuestiona una vaga pregunta...

-"Madre, ¿tu qué crees?"- Inicia una conversación con timidez tomando sus manos como si se tratase de que habla con un extraño.

-"¿Creer qué? Hijo..."- Le pregunté con mucha curiosidad haciéndole notar con una expresión llena de intriga.

-"¿Crees que la luna es la que se mueve... o son las nubes las que lo hacen?" - Me preguntó tomando un poco más de confianza mientras miraba el cielo con un brillo en sus ojos.

-"Depende de cómo mires el cielo"- Respondí sin dar tanto rodeo para ver si quedaba satisfecho con esa respuesta o no mientras miré el cielo con una sonrisa de lado.

-"¿Depende?"- Me cuestionó algo confundido respecto a mi respuesta mirándome fijamente a los ojos con una expresión confundida.

-"Depende porque si te fijas en la luna ves que está quieta y las nubes pasan rápidamente sobre ésta. Y si miras las nubes podrás ver que la luna es la que las atraviesa sin pensarlo dos veces"- Dije con una voz cálida complementando mi anterior respuesta y observo como él miraba el cielo tratando de entender lo que decía.

-"Entiendo"- Dijo serio ante mi explicación bajando su rostro quedando con su mirada escondida pero fija a mis ojos.

-"¿Por qué preguntas?"- Le interrogó sin haber predicho lo que diría desviando la mirada fija que había puesto en mi haciendo que mire sus manos con una leve angustia y ansiedad por decir algo coherente.

-"Pues te pregunto porque... yo veo que pasan sobre la luna sin pensar que ésta quizá quiere resplandecer más que la noche anterior. Cambiando de tema, digo que la luna está sola y eso me duele, porque a pesar de sus solitarias noches brilla sin cesar para todos"- Dijo mi hijo con una voz un tanto insegura, no creí que fuera a responder algo así, algo tan... poético.

-"Pero la luna no está sola"- Me opongo ante su opinión con una sonrisa retadora.

-"Si, si lo está. Las estrellas aún son muy pequeñas como para comprender problemas para grandes como ella, digo que a pesar de que éstas sean lindas estorban porque hacen que la luna no sea la única luz de la noche"- Responde mi hijo ante mi oposición borrando mi sonrisa retadora haciéndome poner un rostro con una expresión algo confusa

-"Vaya... es verdad, supongo"-Digo impactada y veo que se pone un tanto cabizbajo -"Mira la hora"-Dije para cambiar el tema en son de que debíamos entrar el puesto de trabajo para dormir, porque esta muy tarde, son las 12 de la noche.

-"Tienes razón, entremos todo"- Dijo con una sonrisa en su rostro, la última sonrisa de la noche que me dedicaría.

Luego de entrar todo me abraza de lado, diciendo que me amaba demasiado y que perdonará todo lo malo y entro a su habitación agitando levemente su mano dándome a entender que ya iba a dormir... O al menos eso creí...

Son las 7 de la mañana y mi hijo aún no sale de su habitación y eso es muy raro pues el sale a las 6:30 para ayudarme a sacar el puesto y luego tomar su camino hacia la escuela.

Asomo mi cabeza por un lado de la puerta y veo que está de lado aparentemente dormido y lo único que pensé fue "trasnochó demasiado por preguntón, debe despertar o llegará tarde a la escuela".

Me senté a su lado y le dije -"Bebé hora de despertar, te ha tomado el día" - y agitó su cuerpo para que despavile pero no, no lo hace y más bien su cuerpo inerte rueda hacía mi haciendo que su mano caiga en mi regazo y se alcance a notar que en ésta había un papel doblado.

Efectivamente, le estaba hablando al cuerpo sin vida de mi hijo que yacía en su cuarto.

Las lágrimas y sollozos invadieron la habitación pues tenía enfrente mío a mi amado hijo muerto.

No dejé de llorar hasta las 8 de la mañana y reaccioné en mirar qué había en el papel doblado de su mano.

Tomé su fría mano y la abrí agarrando dicho papel que por fuera decía "Mamá, yo siempre te amaré no creas que te dejo porque no te quiero, te dejo para que seas libre" mis manos se congelaban y temblaban al abrir aquel papel escrito con su puño y letra, la mejor letra que pudo haber hecho.

Ésta carta decía:

"Madre, yo te amo tanto que me voy de tu lado para dejarte ser feliz.

Anoche que te pregunte eso sobre la luna fue porque yo te veo como la luna, a las personas que pasan por tu vida y te hacen daño como las nubes y a mi como las estrellas que estorban en tu resplandor, ahora bella luna eres libre de brillar sin interrupciones pues ya no hay estrellas que te impidan brillar con el mayor esplendor que puedes dar y aquellas nubes que habían ya no tendrás que verlas de nuevo pues sin mi ya no tendrás que depender de ellas...

Te amo demasiado, y quiero que de ahora en adelante seas feliz y rías sin cesar, que una sonrisa siempre esté pintada en tu rostro, pues podrás brillar y ser la única que verán y no tendrás que lidiar con estrellas torpes que no entienden los asuntos grandes.

Te dejo en paz...

Con amor, tu hijo. Nunca pienses que no te amé, siempre fuiste mi todo y por eso siempre te acompañe en tu trabajo hasta el fin de mis días."

Al terminar de leer la carta noté que mis lágrimas tenían empapadas mis mejillas y mis ojos estaban hinchados.

Nunca pensé que mi hijo creía que era un estorbo para mi, si él era mi todo, ahora solo quedaré con el recuerdo de aquella noche que dijo sin darme que me amaba mucho.

- Te extraño mucho, mi dulce estrella. -

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Hola hoy vengo bien sad y espero que les guste este pedacito de dolor, totalmente hecho por mi :D.

Gracias por leer, por favor comparte con tus amigos, dale la estrellita ☆ si te ha gustado y comenta.

Att:Gege💙

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora