Capítulo 3

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Capítulo 3

El segundo intento de Aome.

Ella había despertado esa mañana mucho antes de lo usual para prepararle un rico desayuno a su esposo, hizo café, tostadas y tortitas americanas, también un copo de jugo, con un plato de huevos con tocino. Había puesto tanto entusiasmo y esperanzas en ello...

Para que al final solo le dijera.

–Sera otro día tengo prisa–ella le dedico una sonrisa comprensiva mientras asentía y le restaba importancia al asunto con un gesto de mano.

–No te preocupes...–fueron sus palabras, antes de ver al demonio atravesar la puerta, en ese preciso instante su semblante cambio completamente.

Suspiro y cerró los ojos con fuerzas, ya que una extraña sensación en los parpados logro llenarla de incomodidad. ¿Por qué lloraría por alguien como él?

Ame resoplo su flequillo y este se balanceo hacia adelante–Él se lo pierde–se jacta entre dientes, mientras cogía una tostada y su bolso de mano, para salir directamente.

–Señora Aome–llamo con cuidado la chica que hacia la limpieza, la morena giro el rostro en su dirección– ¿Qué hago con el desayuno?–cuestiono con cautela.

–Comételo–La dama refunfuño molesta–"Estúpido Sesshōmaru"–pensó dolida.

...

–Señor Taisho, buenos días–saludo cordialmente su secretaria, el aludido la miro por breves segundos–el hombre que ha estado esperando, ya se encuentra en su oficina–se apresuró a decir–lo siento él insistió en entrar–se disculpó de inmediato, logrando un movimiento de cabeza como respuesta–Y estos son los documentos que me ha pedido–alego con una sonrisa.

–No me pases llamadas–ordeno con seriedad, cerrando la puerta tras de sí, la figura masculina recostada con total comodidad frente a su escritorio fue analizada en silencio.

El hombre giro en cuanto escucho el sonido de la puerta, sonrió ampliamente al verlo–Señor Taisho–llamo como saludo, extendiendo la mano.

Este respondió de igual forma y tomo su lugar, haciendo un ademan para que el contrario lo imitara. El Inu relajo el nudo de su corbata antes de echarle una profunda mirada–Informe–fue la única palabra que salió de sus labios, el joven frente a el saco una pequeña libreta.

–Debe sentirse afortunado–comenzó este, Sesshōmaru no emitió sonido alguno–Su esposa es una mujer que se dedica solamente a su trabajo cuando está fuera, aun que ahí días en que se toma el tiempo para disfrutar un café en Starbuck–continuo con un gesto pensativo–... Pero fuera de eso no eh encontrado nada extraño, llevar su apellido es un repelente para otros hombres–alego en una sonrisa divertida–incluso me he tomado el atrevimiento de hablarle.

Sesshōmaru lo observo con ojos oscurecidos–No tiene autorización de hablarle–ataco con voz grave y el ceño fruncido.

El contrario se estremeció–Lo siento Señor, no volverá a pasar–aseguro mirando con temor al gran Inu, quien se reclinó sobre el asiento, masajeando el puente de su nariz.

–Retírate–ordeno con sequedad.

...

Aún era demasiado temprano para ir a su trabajo y conociendo a su jefe Totosai, este de seguro aún no habría llegado, Aome trabajaba desde hace algún tiempo con él, era un hombre mayor de unos 60 años aproximadamente, algo distraído y por esto me refiero a olvidadizo, pero también era sumamente amable y respetuosos con ella, por eso a Aome le agradaba tanto trabajar con él, además de que a que larga edad tenía más experiencia que ningún otro, lo cual favorecía gratamente a la joven ya que cada día aprendía algo nuevo en cuanto a reliquias o a historias.

El ExtrañoWhere stories live. Discover now