Avaricia: Judgement of Corruption

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1.- El Juez Corrupto y su corte inmoral

Fue en el siglo XV en los Estados Unidos de Evillous, donde vivía un hombre llamado Erwin Smith o como lo conocerían más tarde las siguientes generaciones el “colleccionista”.

Erwin Smith era el juez, quien juzgaba a las personas por sus crímenes, sin embargo a él no le importaba si eran inocentes o culpables, él solo tenia una ambición.... ¿no lo adivinas aún?
Lo que él desea es el dinero.

Era conocido por ser un juez al cual podían sobornar, pues el no aceptaba sobornos en efectivo porque decía su frase típica:

El Dinero es quien da la Ley”

Era un día soleado, brillante para cualquiera... pero no para aquellos que se encontraban en el Juicio de la Corrupción y la deshonestidad, aquel día se decidiría la culpabilidad o inocencia de un esclavo cuyo crimen fue menor al de otros reos.

—...Su señoría en lo que a mí me concierne este hombre de aquí es inocente... pues no ha hecho nada malo, solo se estaba defendiendo del agresor.

—...Si, pero ¡Ese hombre me ha lastimado! Casi muero, Señoría lo justo es que lo encierre, no puede dejar a alguien tan peligroso suelto por las calles.

El Juez sólo sonrió y dirigió su mirada al sentenciado, pues ha recibido un soborno de 500 monedas de oro.

—¡Silencio! Por tus pecados tu sentencia es de 10 años en la cárcel... ¡Culpable!... caso cerrado.

Sonó el martillo del juez, anunciando la condena del reo, inocentes llorando por ser culpados injustamente, los sollozos y gritos de la víctima se escuchaban en la sala, el Juez solamente se retiro de la corte y se fue directo a su casa.

Llevaba una gran sonrisa en su rostro.

2.- La chica del jardín en miniatura y el contenedor del pecado

Llegó a su mansión, donde las sirvientas le abrieron las puertas del la gran casa se adentró y se fue directo al jardín.

Al llegar al jardín, vio a una de las sirvientas dándole la espalda, se acerco lentamente, rodeo a la criada y se arrodilló frente a ella.

—Hola cariño... ¿Cómo éstas?

La criada tenia una silla de ruedas donde estaba sentada una joven rubia, de ojos azul celeste, tez blanca, incapacitada de caminar, la joven le sonrió dulcemente.

—Bien, no debes preocuparte mucho por mi.

—Siempre me preocuparé por ti Annie... ¿Quieres pasear?

—Si.

Erwin le hizo una señal a la criada y esta abandonó el lugar, luego él se paro y se poso atrás de ella mientras comenzaba a dirigir la silla de ruedas por el jardín, mientras le platicaba a su hija como le fue. Ella le contó lo que hizo durante su día.

Definitivamente él estaba dispuesto a ayudarla.

—Definitivamente reuniré los pecados capitales... por ti Annie.

Lo último lo dijo en un susurro que ella no pudo escuchar.

—Padre, es hora de cenar, vamos.

—Bien, vamos cariño.

3.- El inicio de la guerra y el final del juicio

Después de cenar cargo a su hija y directamente la llevo hasta su habitación, donde la recostó y arropó dejándola dormir, salió de la habitación y se fue a la suya.

Pasó cerca de un mes, a la corte llego un general corrupto y un vil asesino en serie, pero antes de ser arrestado lo soborno con
100,000 monedas de oro.

Al llegar a la corte, todo el pueblo estaba presente pues varias personas del pueblo lo querían muerto o encerrado, y esperaban que esta vez se ejerciera justicia.

—Bien, comencemos.

—Señoría, este hombre ha cometido los mas atroces crímenes, no puede dejarlo libre por las calles, se le han acusado más de 50 casos de asesinatos, violaciones, secuestros en su nombre.

—Bien, General Ackerman o debería llamarlo Levi Ackerman, que tiene que decir en su defensa.

—Ejm, lo hice por un bien... Fue por supervivencia.

—¡Matenlo!

—¡Decapitenlo...!

—¡Encierrenlo!

Los abucheos de las personas se escuchaban en toda la corte, mientras que el general Ackerman sólo sonreía, pues no tenía nada que temer en el tribunal de la corrupción.

—¡Silencio!, no veo culpabilidad en este hombre, General Ackerman queda en libertad... Caso cerrado.

El martillo sonó y se anunciaba la decisión final, la gente furiosa exigia justicia, todos se dirigieron hasta el caudillo y ellos mismo ejercieron justicia.

El juez Smith se ha ido a su gran mansión pues una guerra civil se ha desatado, todo el pueblo se dirige hacia la casa de aquel juez corrupto e injusto.

Mientras tanto Erwin, fue con su hija quien estaba en el gran salón leyendo un libro, se arrodilló frente a ella y sosteniendo una de sus manos le dijo:

—Annie, hija mía sabes que te amo mucho.

—¿Sucede algo padre?

Fuera de la casa se escuchaba el abucheo de la gente de un momento a otro la casa comenzó a arder en llamas, Annie miraba todo con miedo le dirigió una mirada a su padre, quien la miraba amorosamente, este se acerco y abrazo a su querida hija.

—No temas nada hija mía, estaremos juntos.

—Te quiero padre.

—Permaneceré a tu lado.

El techo en llamas cayo sobre ellos matándolos, si visitas aquel lugar podrás encontrar los restos de padre e hija.

4.- El Maestro del Infierno y el juicio final

Caminaba por un lugar oscuro, no se veía nada, risas se escuchaban pero eran lejanas, casi inaudibles.

Una carcajada se escuchó sonaba en eco, alzo la vista y diviso a una persona, se acerco a pasos lentos ¿Quién era esa persona?

—Bienvenido al infierno, Erwin Smith... Yo soy El Maestro del Infierno.—Sonrió mientras soltaba una carcajada.

—Así que el infierno...

—Yo soy quien da la sentencia, aquí en el infierno el dinero es quien da la ley...

Se acerco lentamente al Maestro del Infierno y sonriente le susurro:

—¡Toda mi fortuna a la cual yo atesoro nunca va a ser tuya!

Si me entrega efectivo puede ser emancipado hasta el mas vil bandido”

—Tsk...

Comenzó a caminar hacia la gran puerta donde su cuerpo yace en el vacío del más allá.

—... Algún día reuniré los trozos de un pecado capital y para ti mi hija amada sera tu utopía ideal.

La saga del Mal | SNK | [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora