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Hace tres calles que había dejado de pensar hacia donde iba, con esperanzas de encontrar un lugar en el cual sentarme un momento y beber algo me detuve, por fortuna pude ver el letrero de una cafetería a unos metros así que avancé hasta tenerla en frente.

Aparentaba ser nueva y a través del cristal pude notar que estaba llena, no perdía nada en entrar y tratar de encontrar una mesa vacía así que lo hice. El ambiente inspiraba tranquilidad, lo que justo en ese momento me hacía bastante falta, tenían un menú corto así que decidí con facilidad por un Caramel Macchiato, retrocedí un poco y busqué una mesa, lamentablemente todo estaba lleno.

A los pocos minutos mi pedido estaba listo, lo recibí y caminé hacia la puerta cuando una pareja se levantó de una mesa en la esquina del lugar, aceleré el paso y conseguí la mesa, dejé el café en la mesa y saqué los audífonos, que por suerte siempre guardaba en mi bolso, le di Play a la lista de reproducción que había estado escuchando y me propuse alejarme del mundo al menos mientras disfrutaba el café, lo necesitaba.

No sé cuánto tiempo había pasado, estaba en la mitad de mi café cuando sentí unos toques ligeros en mi hombro así que me volteé y observé al muchacho que se encontraba frente a mí, parecía que iba a hablar así que me quité los audífonos.

– Disculpa, todas las mesas están ocupadas así que quería saber si podría sentarme aquí, solo mientras acabo mi té – dijo el, simplemente asentí y él tomó asiento, me puse los audífonos de nuevo y traté de buscar un espacio pequeño en toda la galaxia donde las cosas estuvieran calmadas al menos por un momento.

Quizás era la canción o todo lo que estaba viviendo en ese instante, no lo tenía claro pero lo único que sabía es que no era el momento, observé la mesa y el muchacho me estaba ofreciendo un clínex, se había dado cuenta de mis lágrimas, lo acepté y me sequé las lágrimas, debía controlarme, cuando llegara a casa podría llorar todo lo que querría y quizás ya era un buen momento para regresar allá.

– ¿Necesitas hablar? – Estaba lista para negar ante su pregunta cuando prosiguió – Somos extraños con una mesa en común, es muy probable que no volvamos a encontrarnos nunca en lo que resta de nuestras vidas – soltó una ligera risa y prosiguió – si quieres te escucho, no voy a juzgarte – no estaría mal que alguien me escuchara y lo más probable es que nunca nos volvamos a ver así que luego de pensarlo un par de segundos accedí.

– Cuando era un bebé mi padre se fue a vivir a Rusia por un empleo, algo que favoreció a mi familia, una mejor fuente de ingresos nos permitiría una mejor calidad de vida, o bueno eso esperaban – Hice una pausa para poder beber el último sorbo de mi café. – En fin, nunca pude conocerlo en persona, lo había visto un par de veces por videollamada, en estos últimos años, pero por el cambio de horario y las actividades cotidianas era imposible hacer más – Respiré profundo, se sentía bien contar esto a alguien, pero escuchar salir todo esto de mi boca era extraño – Estoy en mi último año de instituto y él había estado acumulando las vacaciones de todos estos años, iba a venir, de hecho lo estaba haciendo, por fin lo conocería, podría abrazarlo – Sentí las lágrimas que empezaban a bajar por mis mejillas, solo debía terminar la historia, un par de palabras más – Pero hubo un accidente, y el murió, y nunca pude conocerlo – Sequé las lágrimas que aun quedaban en mis ojos y observé al muchacho que se encontraba sentado frente a mí, esbozó una sonrisa y me pasó otro clínex.

– Te afecta, pero no te estás muriendo por dentro ¿O me equivoco? – Dijo bastante seguro de sí mismo – Se te pasará pronto, tranquila, ahora creo que deberías volver a tu casa – dijo señalando mi celular, la palabra Mamá aparecía en la pantalla, ya había pasado un buen rato así que si era hora de volver.

– Gracias por escucharme – añadí con una sonrisa – Y tienes razón, no me estoy muriendo por dentro, ni mamá, ni nadie, creo que por el tiempo ya era prácticamente un extraño – el sólo asintió, agarré mis cosas y salí de la cafetería, había sido un lindo lugar para desahogarme.

Tan pronto comencé a caminar le envié un mensaje a mamá avisando que ya iba de regreso a casa para que estuviera tranquila, no había ido tan lejos, así que en unos cinco minutos ya estaría allí.

Mientras caminaba no dejaba de pensar en lo que me había dicho el muchacho, si me había afectado la noticia, pero era más porque no pude conocerlo personalmente en toda mi vida, además era seguro que cuando llegara a casa mi madre y mi hermana actuarían como si nada habría sucedido, al fin y al cabo ni mis amigos del instituto preguntaban por mi padre, no sabían la historia y ahora que esa historia tenía un final tampoco sería algo digno de mencionar.

Llegué a casa y como supuse, la vida seguía igual, la noticia no era de gran importancia, mamá estaba haciendo la cena, en cuanto la saludé me pidió que ayudara a poner la mesa, así que eso hice.

La cena transcurrió sin más, era domingo lo que significaba ir al instituto mañana, nunca he tenido nada contra los lunes, siempre he sido una persona bastante motivada, y prefiero estar haciendo algo productivo con mi tiempo.

– Y bueno Gemma, ¿Ya decidiste a cuales universidades enviaras la solicitud finalmente? – Lo había olvidado por completo, se suponía que esta semana enviaría un par de solicitudes de beca a distintas universidades, no era la mejor de mi grado pero estaba segura de que podría aplicar a una beca sin muchos problemas.

– Tengo algunas en mente – dije mientras mentalmente anotaba que en cuanto subiera a mi habitación debía decidir por mis mejores opciones.

– Podrias quedarte en alguna  universidad de la ciudad, al igual que yo – Añadió mi hermana, pero la verdad es que a diferencia de ella, yo buscaba salir de este lugar, necesitaba expandir mis horizontes.

– No gracias – dije con una sonrisa – aunque no dudaré en ponerla como una opción, si es que lo de la beca no resulta – ambas asintieron, y cuando al cabo de unos minutos el silencio no hizo nada más que volverse incómodo, supe que era el momento adecuado para levantarme y dar por finalizado este día complicado.

Subí a mi habitación y encendí la computadora, agarré los folletos de las universidades que más habían llamado mi atención, si no envio las solicitudes en esta semana, no tendré otra opción que pasar toda mi vida en esta ciudad y aunque esto no fuera un tormento, ¿Cómo podría quedarme aquí sabiendo que ahí afuera existe un mundo lleno de posibilidades por descubrir?

Subí a mi habitación y encendí la computadora, agarré los folletos de las universidades que más habían llamado mi atención, si no envio las solicitudes en esta semana, no tendré otra opción que pasar toda mi vida en esta ciudad y aunque esto no fu...

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¡Hola! Gracias por comenzar a leer mi historia, de todo corazón espero que te guste; estoy muy emocionada por este proyecto.

Mis actualizaciones serán cada 15 días si es que no se presentan inconvenientes así que nos volveremos a leer pronto, un beso.

Olguis

En mi galaxiaWhere stories live. Discover now