1.PRIMER ENCUENTRO

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Como todas las adolescentes, tengo un ídolo.

Si algún adolescente os dice que no tiene ninguno, es que él es su propio ídolo.

Él mío era Luis. Cantante, compositor, incluso tocaba la guitarra.

Vamos, el típico cantante que enamora a sus fans.

Las adolescentes de mí alrededor estaban histéricas. Y solo interesadas en que coche iba, que ropa llevaba, y su peinado.

Pero a mí no. Sus letras, su música es lo que me gusta.

Mejor dicho, me gustaba.

Me acuerdo perfectamente cuando llegó mi turno. Mis manos temblaban, mis nervios estaban a flor de piel, y tenía un tic en el labio. Pensaba que no iba a poder hablar con él.

No hubo problema, porque no empecé yo la conversación:

-¿Cómo te llamas?

-Katrina.

Se acercó a mi antes de que terminara de pronunciar mi nombre y me dio dos besos, también me abrazó.

Por un momento pensé que a mí me parecía un abrazo muy largo, pero no es que lo sintiera solo yo. Todo el mundo se dio cuenta ya que oí a las fans "eh, eh, las demás también queremos".

Vio el dibujo que tenía en la mano. Lo hice para él. Me pasé tardes retocando ese dibujo, quería que fuese perfecto.

Sólo dijo un gracias, pero con una gran sonrisa.

Me firmó el disco sin dejar de mirarme a los ojos. Pero siempre sonriendo.

De repente, vi mi móvil en sus manos, y ante de que yo pudiera reaccionar de cualquier manera me dijo:

-No puedo dejarte ir sin una foto.

-Qué cabeza, lo siento.

Y me reí.

Que tonta, ¿verdad? Pero sí, ese comportamiento me hizo gracia.

Nos hicimos la fotografía y un guardia me mandó salir. Mientras me iba, notaba como Luis me seguía con su mirada.

Pero en ese momento no le di importancia, pensé en otras cosas. Como por ejemplo que mis objetivos los había cumplido, el de darle el dibujo y que me firmara el disco. Hasta había conseguido una fotografía, no me podía quejar.

Me llamaron por teléfono, era Pablo. Sí, mi novio, pero en ese momento sólo éramos grandes amigos.

Contesté rápidamente:

-Acabo de salir. Ha sido genial y raro a la vez. Pero sobre todo genial. Las chicas de mí alrededor estaban histéricas desde que se han puesto en la fila.

-Hola a ti también Katrina. Yo bien, gracias por preguntar.

-Disculpa, hace horas que no hablo con alguien. ¿Qué tal tu día de curro? 

-Bien, voy a celebrarlo con un helado, ¿te apuntas?

-De acuerdo, en media hora estoy en...

Oí el ruido de una moto.

Era él.

Fui corriendo para abrazarlo.

Fuimos con la moto hasta una heladería cercana. Y mientras comíamos el helado le dije:

-Te dije que no hacia falta que vinieras.

 -Sabia que me querías contar todo y es mejor en persona. Cuéntame porqué ha sido genial y raro.

-Lo típico. Ha sido simpático, me ha firmado el disco, le ha gustado mi dibujo, nos hemos hecho una foto. Lo raro es que me ha dado un abrazo sin pedírselo.

No le conté todo, y debí contárselo para que entendiera porque fue raro.

Le enseñé la fotografía y el disco. Me dijo:

-Que dedicatorias más raras ponen ahora en los discos.-

Ponía "nos veremos pronto".

Pablo y yo nos reímos, esa fue nuestra reacción. Porque pensábamos que eso no iba a pasar.



ESO NO ES AMOR, ES OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora