Capítulo 2- Qué diría

245 27 4
                                    

Kakashi-sensei nos había hablado sobre el funcionamiento de aquella misión. El niño se llamaba Yuki. Perdió a su padre en frente de él, por lo que también perdió la motivación por ser ninja. Lo único que parecía desear era que el tiempo pasara rápido. Crecer e irse.

—¿Y por qué debe de estar a nuestro cuidado, y no al cuidado de la madre?— fue Ino quien preguntó.

A veces Kakashi-sensei agotaba mi paciencia.
Nuestra relación no cambió nada de nada en aquellos últimos años. De hecho, era yo quien le ayudaba en su trabajo cuando tenía tiempo libre. Tsunade me enseñó eso también.
Al fin y al cabo, todos estaban ocupados con alguien.
Mi tiempo libre comenzó a ser una tortura cuando me mudé sola, alegando frente a mamá y papá que, ya que tenía mi propia sección en el hospital, debía de parecer madura.
Alguna que otra vez cocino. Cuando Naruto e Hinata vienen a comer hago ramen, cuando vienen Sai e Ino, normalmente hago cerdo cocido para molestar a mi mejor amiga.
Sabía cuidarme sola, pero por alguna razón, no quería hacerlo.
Despertar sabiendo que no había nadie a quien decirle buenos días en aquel momento era duro.
Y sí; entendí a Naruto.
Desde que comprendí aquella soledad, siempre le dirijo aquellas palabras.

"Buenos días, Naruto."

Cuánto me alegraba de que él tenía sus buenos días y buenas noches.

—Aún no entendemos porqué, pero hay varios ninjas que han querido atacar al niño. Sasuke tuvo que salvarlo varias veces. Además la esposa debe de hacer algunos viajes.

—Ni siquiera es un niño que se convertirá en ninja.

—Tienen razón, chicas. Es donde entráis vosotras. Encontrad respuestas.

—Cómo sea— suspiré. Quería irme ya, no debía de descuidar a los otros niños que nos necesitaban. Muchas personas nos querían en aquel hospital—. Ino-cerda vive con Sai, así que el niño se quedará conmigo.

—Pe-Pero Sakura...

Entendía la preocupación de Ino.
Aquel niño era igual a su madre físicamente. Igual a la prometida del chico que amaba.
Pero me preocupaba su salud. Física y mentalmente, no tenía que dejar que alguien trastornara a aquel inocente. Lo cuidaría. Cumpliría mi misión.

Al fin y al cabo, lo sigo pensando: mi vida profesional es lo único que me quedaba ya.

—Por favor, Ino, adelantate.

—Ah... Sí— accedió ante el sexto. Tras echarme una mirada, mi mejor amiga se marchó.

—Y bien, sensei. ¿Qué es lo que quiere de mí?

—Has destruido mi escritorio, es justo que ordenes los papeles que has esparcido por el suelo.

—¿Sabe? Se nota que necesita desfogarse.

Algo dolida por el trabajo extra, comencé a agacharme para coger todos los papeles. ¡Tardaría horas! Por lo menos Ino se marchó. Sabía que podía dejar al hospital a su cuidado.
Ella siempre me apoyó en cada decisión dada. ¡Éramos el mejor dúo de kunoichis! Posiblemente, solo a nuestros ojos. Pero no nos importaba.
No había misión que se nos resistiera. Ni siquiera cuando Kido, el jefe ANBU, nos atacó de aquella manera. Le molestó que hubiéramos desmantelado su plan, no había duda.

"Necesitamos que Sasuke venga, por ese motivo te secuestramos. Tú eres su novia".

Ese día quería que Sasuke-kun viniera a salvarme, tal y como los príncipes hacían. Por suerte, recapacité. Si él hubiese venido, habríamos estado en problemas.
Además, pudimos solucionarlo. Demostramos nuestra independencia de Sasuke.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 26, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

FrágilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora