Mi misión...

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El tiempo había pasado.

Las cosas habían cambiado.

Pero quizás jamás olvidaría a Waylon.

Seguía yendo a ver la tumba conmemorativa que había pagado para el.

Waylon había sido un hombre muy especial en su vida.

No solo había visto más allá de su poder o dinero.

Era el primero que había llamado tanto su atención.

Estuvo dispuesto a casarse con él.

Estaba tan enamorado de Waylon, al punto que aun después de 7 años seguía sufriendo por su muerte.

Si tan solo hubiera sido más valiente.

Si hubiera entrado al asilo por el...

Toda su culpa empero cuando vio que solo Blake había logrado escapar.

Aun recordaba ese dolor en su corazón cuando la puerta del Mount Massive se abrió, y solo Blake salió.

Jamas se lo perdonaría...

-señor....lo buscan-

-quien es-

-son los señores Upshur-

-déjalos pasar-

Miles y Blake, habían sido una compañía grata durante los últimos años.

Blake de hecho le había cuidado los primeros dos años, durante su depresión y el dolor se había casi negado a comer.

Pero Langermann estaba siempre con él.

Decía que Waylon querría eso.

De hecho siempre supo cómo alegrarle.

-hola Blaire-

-Upshur-

Miles por su parte era divertido y siempre encontraba como distraerlo.

Tal vez no fue sorprendente el que terminaran juntos.

Cuando Miles le mostro aquel pequeño anillo de plata, él se ofreció a organizar todo.

Blake insistía en algo sencillo.

Pero ellos eran todo lo que el tenia.

Así que organizo la mejor boda que pudo.

La boda que desearía haberle dado a Waylon.

Ver a Blake con aquel traje blanco, con esa enorme sonrisa y ese brillo en sus ojos.

Solo podía imaginar a Waylon.

Por eso decidió seguir adelante.

Hizo los cambios necesarios.

Pero jamás cerró Murkoff.

Algo le decía que debía tenerlo abierto.

Continuar su trabajo.

Aunque ahora nadie debía enterarse que él estaba tras todo ello.

Tratando de modificar lentamente la forma en que todos esos bastardos trabajaban.

Y si no lograba convencerlos, siempre podía mandar matarlos.

Pauline y Paul eran de gran ayuda.

Sobre todo ella, parecía la más decidida a destruir a Murkoff.

Leal y mortal.

Justo por ello la contrato.

Chained to your loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora