Capítulo 2

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Se preguntó si había conocido en su corta vida a alguien como él, y llegó a la conclusión de que era imposible que que alguien así se pudiera repetir

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Se preguntó si había conocido en su corta vida a alguien como él, y llegó a la conclusión de que era imposible que que alguien así se pudiera repetir. Era frío, y no lograba descifrar el enigma que representaba sus pensamientos tan oscuros. Zed era como un rompecabezas con piezas de la misma gana de colores, todas se parecían hasta que se juntaban, entonces notabas que en realidad, no sabías nada, ni tampoco lo entendías.

Entonces, tampoco lograba comprender por qué estaba de esa manera. Bebiendo un trago mientras lo miraba a los ojos, sintiendo que era suficiente compañía su silencio que la conversación más prologada Su silencio resultaba estimulante, mucho más fascinante e interesante que las palabras. Así que cuando Zed hablaba, resultaba en una combinación tan interesante que olvidaba lo que pensó en un principio.

—Qué tiene de interesante ser abogado? —preguntó con una mueca—. ¿No te molesta vivir de los problemas de otros?

—La gente como yo existe por personas que no saben controlar sus propias vidas—contestó con naturalidad—. ¿Tú has necesitado que alguien se encargue de tus problemas?

—Claro que no. Yo soluciono todo a mi manera.

Lo vio mirarlo con dudas, una pequeña mueca que le hizo sentir como un chiquillo. Zed era mayor, tal vez podía doblarle la edad, aunque sus facciones eran suaves y juveniles. El encanto estaba en la madurez que irradiaba, eso mezclado con alguna clase de egocentrismo y superioridad que, aunque resultaba molesto, era tolerable y solo lo hacía sentir más curioso.

En lugar de desperdiciar su tiempo en el departamento olvidado de una calle desolada, podía quemar los minutos llenándose con esa sensación de tranquilidad aparente, probablemente era una persona que entrenó su comportamiento. Tal vez provenía de una familia estricta y por ende su actitud. No supo decirlo.

—Pareces un revoltoso —comentó, y aunque no le agradó que comenzara con sus prejuicios, no podía quejarse porque él también se encontraba analizando su comportamiento como si fuera el sujeto de un experimento.

—No me meto en problemas, los demás se meten en problemas conmigo.

—Esa solo es una manera de retorcer las palabras para que parezca que tienes razón.

—¿Acaso nunca has peleado?

Vio algo parecido a una sonrisa. Encontró la situación parecida a la de un antiguo revoltoso y un muchacho que se reflejaba como espejo. Su piel se erizó por aquel gesto misterioso.

Si se simpatizan o no, era algo que no sabía. Tampoco era relevante, el tiempo compartido era mejor que uno vacío y solitario. Y Kayn había conocido durante mucho tiempo la soledad como para soltar el pequeño placebo que resultaba la compañía ajena.

—No peleo si la persona con la que hablo no siquiera posee la capacidad para seguir el ritmo-contestó.

—Que arrogante... —murmuró Kayn, a pesar de que él era de la misma calaña. Y sus ademanes gritaban que era solo un idiota egocéntrico más quien había terminado en el mismo lugar con un hombre semejante que llevaba intentando conocer más de un mes.

Oscuros [ZedxKayn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora